UNICEF estima que, de los 115 millones de niños en el mundo que no reciben educación primaria, 90 millones son niñas. Esto es un fracaso dentro de los objetivos que se propusieron hace cinco años los líderes mundiales. Es el Millenium Goal, que pretendía conseguir para el 2015 el mismo número de niñas que de niños escolarizados.
Las causas de estas diferencias entre géneros son la pobreza, las
tradiciones culturales, el sida, las guerras,... En muchos países, las
tradiciones obligan a la mujer a quedarse en casa y casarse cuando
todavía es una niña.
Las mujeres a las que se niega una educación son
más vulnerables al hambre, la violencia, el abuso, la explotación, el
tráfico, el sida y otras enfermedades. Por otro lado, la educación de las niñas es una garantía para el
progreso nacional, según la Directora Ejecutiva de UNICEF, Ann Veneman.
«Se consigue una mayor productividad económica, se reduce la
mortalidad materno-infantil y existe una mayor probabilidad de que la
siguiente generación de niños vaya a la escuela».
En el informe de UNICEF, los países donde hay más diferencia entre
géneros son Afganistán, India, Pakistán, Turquía, Yemen y el África
sub-sahariana.