130 policías heridos, 9.000 coches quemados y más de 100 edificios públicos dañados ha sido el resultado de las revueltas de Francia de las últimas semanas protagonizadas por jóvenes de entre 12 y 20 años. En una entrevista para la CNN, el Primer Ministro francés Dominique De Villepin ha anunciado esta semana un programa "muy intenso" para ayudar de forma individual a todos los jóvenes y niños de los barrios desfavorecidos.
El programa incluye triplicar las becas para enviar a niños de
estas áreas a colegios internos y ayudar a las escuelas locales en las dificultades que los alumnos puedan tener
con el idioma. Las oficinas de empleo se encargarán el próximo mes de entrevistar a todos los jóvenes
de esos barrios para proponerles un trabajo, un curso
de formación o unas prácticas.
De Villepin garantizó ayuda individualizada
a todos los niños y jóvenes con problemas. Añadió que los conflictos se habían producido por la «sensación de
discriminación» que hay entre los jóvenes. En la segunda generación de
inmigrantes, hay muchos jóvenes que
no tienen la misma relación con Francia que sus padres, que eligieron
ir a ese país para trabajar. Hay cierta «falta de identidad» entre ellos, pero se consideran 100% franceses y quieren tener las mismas oportunidades, sin que se les
reconozca como musulmanes, o negros o gente que viene del Norte de
África. El primer ministro aprovechó para hacer una advertencia general: «Lo que pasa en Francia puede pasar en cualquier otro país, de
Europa o de cualquier otro lugar. Es parte del nuevo fenómeno de la
globalización».