¿Has pedido alguna vez información a un compañero de trabajo y te has encontrado con que ignoraba tu pregunta? Catherine Connelly, de la Universidad McMaster de Canadá, ha descubierto que ese recelo por compartir conocimientos es algo muy frecuente en los empleos y que, además de ser contagioso, puede afectar seriamente a la productividad.
No se limita adultos. Otros dos estudios previos realizados por Connelly demuestran que los resultados son idénticos entre estudiantes universitarios, o cuando se comparan adultos con jóvenes.
Según Connelly, la personalidad no afecta a si alguien esconde o no sus conocimientos sino a la forma de esconderlos. Por ejemplo, en el estudio, los participantes más ambiciosos y más preocupados por el éxito profesional nunca contestaban a una solicitud de información con un "No lo sé" sino que daban respuestas evasivas o explicaciones detalladas de por qué no podían darla.
«Es un comportamiento frecuente que afecta al rendimiento de la persona y que puede prevenirse si aumenta la confianza entre colegas», explicó la doctora Connelly.