Estos son Batman y Ronaldinho. Ambos son superhéroes, pero los niños prefieren al segundo porque es la prueba de que no hacen falta armaduras de acero, máscaras o efectos especiales para desafiar al futuro. De la favela de Brasil donde vivió su infancia, ha pasado a ser el mejor jugador del mundo, y para conseguirlo sólo necesitó una pelota, apoyo familiar y mucho entusiasmo. Su eterna sonrisa y su virtuosismo con el balón hipnotizan al público. El Mundial de fútbol está a punto de comenzar, y las calles ya están llenas de chavales con la camiseta del número 10 del Brasil, dispuestos a prestar toda su atención a su héroe de carne y hueso. KINDSEIN te invita a conocerle más de cerca.
Maradona: «Divierte verle jugar»
En uno de los anuncios que Ronaldinho ha hecho para Nike, con imágenes de su infancia (mostrado más abajo), se oye esto:
When you are a kid, it's easy. You are not afraid to try... to dare. You do it. Just because you like it. So my advice to you is.... Never grow up, my friends.
(Cuando eres un niño, es fácil. No tienes miedo de intentarlo... de atreverte. Lo haces. Sólo porque te gusta. Así que mi consejo es... Nunca crezcáis, amigos míos.)
Ronaldinho no ha crecido. No ha perdido el entusiasmo ni la capacidad para divertirse con lo que hace. Quizás lo que más encandila al público más joven es que no trata su profesión como un trabajo sino como un juego.
Maradona ha dicho recientemente que Ronaldinho está en otra dimensión y que «divierte verle jugar». Pelé lo alabó diciendo que es un jugador que hace felices a sus seguidores. Y Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, dice que, gracias a él, los niños han vuelto al Barça. Los chavales le tienen como modelo y tratan de imitarle en la calle y en los patios de los colegios.
El año pasado, una encuesta realizada por Aldeas Infantiles a más de 250.000 niños españoles revelaba que Ronaldinho era el personaje que más confianza inspiraba. Este año, la pregunta —a 18.000 niños de Valencia, de entre 6 y 12 años— era qué famosos se esfuerzan más en sus vidas. La mayoría dijo que Fernando Alonso y Ronaldinho.
El juego de Ronaldinho: un cóctel de Magic Jonhson, Fred Astaire y Brasil.
Arte, virtuosismo y magia son las tres palabras que más se usan cuando se habla de Ronaldinho. Es el último embajador del "jogo bonito". Es rápido y hábil. Hace malabares con el balón y sorprende a los aficionados con cambios de orientación imprevisibles, pases "ciegos", un repertorio único de regates, y sus famosos controles del balón con el pie, el muslo, el pecho e incluso la espalda.
«No son sólo trucos de salón; es pura malicia que llega a desmantelar al otro equipo», dijo Ray Hudson, ex-jugador y ex-entrenador británico, ahora comentarista de fútbol para GolTV. «Él es el más exquisito de los futbolistas, por su toque, su visión, su creatividad, un genio que puedes poner en el mismo planeta que sus semejantes Maradona, Pelé, Johan Cruyff y Beckenbauer. Aunque ni siquiera se puede asociar con los grandes, con los jugadores maravillosos. Lo que él hace no es humano».
Pero lo más peligroso para sus contrincantes no son sólo sus movimientos, sino su capacidad para elevar el nivel
de sus compañeros de equipo. Ronnie hace que los demás jueguen mejor y
tengan más confianza, tenga él o no la pelota. Según el capitán
del FC Barcelona, Carlos Puyol, les da seguridad porque todos saben que
es capaz de hacer algo especial durante el partido.
Se ha dicho
que Ronaldinho es una combinación de Magic Johnson, Fred Astaire y
sus profundas raíces brasileñas. De hecho, hace poco confesó que su
famoso "pase ciego" procede de los muchos vídeos que ha visto de Magic Johnson, su jugador de baloncesto favorito.
El vídeo de su regate "elástico"
Aquí hay un ejemplo de su regate "elástico", en el que finge desplazar el balón hacia un lado y súbitamente cambia de dirección.
En publicidad, ya es más valioso que Beckham
Su eterna sonrisa y su carisma le han hecho mundialmente famoso. En este momento, su imagen es la más valiosa para publicidad, según la consultora alemana BBDO. Beckham ha quedado relegado al segundo lugar.
Ronaldinho ha sido imagen de natillas, chicles, bebidas refrescantes, ordenadores, coches, ... El Banco de Santander lo utiliza para anunciar su filial brasileña Santander Banespa; Texaco, para su gasolina en Latinoamérica; Rexona, para su desodorante Sport Fan; Danone repite con él para anunciar su Danet; y Pepsi, también, junto con Beckham, Raúl y Henry ... Su presencia favorece las ventas.
Hasta doña Miguelina, la madre de Ronaldinho, ha participado en un anuncio del detergente Skip (Omo, en Brasil). La idea inicial era que él fuese el protagonista, y no su madre. Pero los creativos lo tuvieron muy claro después de hablar con ella un rato. A Valmir Leite, director del spot publicitario, le sorprendió la química que había entre madre e hiijo.
Le llamó la atención lo mucho que se divertían juntos. «En los descansos del rodaje, se ponían a jugar a fútbol», dijo. «O ella le hacía trencitas en el pelo». Normalmente, según Leite, hay un guión. Pero con Miguelina no hizo falta. Le hizo preguntas sobre su hijo y ella habló durante tres horas. Después, tuvieron que reducirlas a 30 segundos.
Gracias a estos contratos publicitarios, Ronaldinho es hoy el futbolista mejor pagado del mundo. Según la revista France Football, el brasileño ingresó el año pasado 23 millones de euros, de los que 14,5 millones son de contratos publicitarios y 8,5 al sueldo que percibe del FC Barcelona.
Sin embargo, según la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), el dueño de los derechos de la marca "Ronaldinho" es Ronaldo (Ronaldo Luiz Nazario de Lima es su nombre completo), el número nueve del Real Madrid. Tiene registrado su uso para productos como vestidos, calzados, juguetes, artículos para gimnasia y deporte y hasta decoraciones para árboles de Navidad. También ha registrado "Ronaldo".
Los vídeos de Nike: 4 millones de descargas en la Red
Ronaldinho es la imagen de Nike y tiene firmado un contrato con ellos de 10 años. Hay dos anuncios que, según Nike, ya se han descargado más de 4 millones de veces en la Red. Uno es el que incluye imágenes de su infancia:
En el otro, se ve a Ronaldinho golpeando varias veces un balón contra el travesaño de la portería. La pelota va y vuelve cuatro veces, y todo dentro del mismo plano. Ronaldinho asegura que no es un truco, aunque muy pocos se lo creen.
La página web oficial de Ronaldinho
La agencia publicitaria OgylviOne Worldwide ha sido la encargada de hacer el web oficial del futbolista: www.ronaldinhogaucho.com. Fue presentada el pasado 10 de mayo y en una semana ha alcanzado 10 millones de visitas.
Piensan incluir también un apartado para niños, música creada por Ronnie (le encanta la Pagoda, una versión de la Samba), descargas para móviles, comercio electrónico, etc.
Embajador contra el hambre
El año pasado, Ronaldinho fue nombrado embajador contra el hambre del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Naciones Unidas. El subdirector ejecutivo del programa, John Powell, dijo que estaban orgullosos de que el mejor jugador del mundo combatiera el peor problema del mundo: la desnutrición infantil. La imagen de Ronaldinho servirá para que más gente tome conciencia. Hay más de 300 millones de niños que pasan hambre en el mundo.
«Me crié con niños de familias muy pobres, y he visto el efecto que puede tener el hambre», dijo Ronnie. «Yo tuve suerte. El fútbol rescató a mi familia de la pobreza. Ahora quiero ayudar al PMA a rescatar a otros niños que no son tan afortunados».
Ronaldinho se unió así al grupo de celebridades del deporte que ayudan al PMA: el jugador brasileño Kaká; el atleta keniata Paul Tergat; el jugador de cricket Muttiah Muralitharan, de Sri Lanka; y los ex campeones mundiales de rugby Nick Farr-Jones, de Australia, y David Kirk, de Nueva Zelanda.
Ayuda a los niños víctimas del terrorismo, en Israel
Ronaldinho envió camisetas y balones firmados al One Family Fund, una organización israelí que proporciona asistencia económica y emocional a niños víctimas del terrorismo. Dedicó cada pelota a un niño en particular, escribiéndoles mensajes de esperanza y deseos de pronto restablecimiento.
Mientras firmaba las pelotas, Ronaldinho dijo: «Me encanta ayudar a los niños. He leído la historia de cada uno de ellos y por eso estoy haciendo lo que hago».
Su infancia: Regates con Bombom y los muebles de su casa
Su nombre es Ronaldo de Assís Moreira, y en Brasil empezaron a llamarle Ronaldinho Gaucho para distinguirle de su compatriota Ronaldo. Llaman 'gaucho' a los que pertenecen a Rio Grande do Sul, al sur de Brasil. Está cerca la frontera argentina, zona donde habitan los gauchos, la versión latinoamericana del cowboy.
Ronnie nació el 21 de Marzo de 1980 en Porto Alegre, y creció en un barrio de favelas con el balón pegado a los pies. En su alegre familia, el fútbol y la música son una pasión. «El fútbol es un placer para mí», dice. «Los mejores momentos del día
son cuando estoy con el balón, entrenando».
Está convencido de que ser futbolista es el mejor
empleo del mundo. «Es lo que quería hacer desde que era pequeño», dice. «Mis
primeros regalos fueron un balón y unas minibotas, así que me animaron
a jugar a una edad muy temprana. Solía dormir y levantarme con un
balón.
Su madre, doña Miguelina, dice que de pequeño era muy tranquilo, «a pesar de que sus primeros toques de balón fueron regates entre los muebles de la casa». Cuando sus amigos se aburrían de tanto jugar, Ronnie seguía con su perro Bombom. «No se cansaba nunca. Nos peleábamos por el balón todo el día y tuve que practicar mucho para mantenerlo alejado de la pelota», dice el futbolista.
Su padre, Joao, y su hermano, Roberto de Assís, fueron también futbolistas. Joao era un apasionado del futebol y llegó a profesional cuando todavía vivían en una favela. Después, le tocó el turno a Roberto, que triunfó en el Gremio de Porto Alegre donde su padre trabajaba de aparcacoches. Roberto, nueve años mayor que Ronaldinho, llegó a ser internacional y el ídolo de Ronaldinho. Y todavía lo sigue siendo. Dice de él que es un ejemplo de futbolista, de padre y de amigo.
Ronnie empezó a jugar a los seis años en los infantiles del Gremio. Cuando tenía ocho, ocurrió una desgracia. Habían comprado una casa con piscina con un dinero que les dio el Gremio para disuadir a Roberto de irse a un equipo italiano. Un día el padre apareció ahogado. Desde entonces, Roberto ha sido el hombre de la casa y Ronnie lucha para demostrar que su padre tenía razón cuando le decía: «Tú serás el mejor».
A los 13 años, Ronaldinho apareció por primera vez en los titulares de los periódicos: había metido 23 goles a otro equipo. Jugaba al fútbol sala. Perfeccionó su técnica en un campo más pequeño con un balón más pesado, obligándose a manejarse en espacios más estrechos. Javier Lozano, entrenador de la selección española de fútbol sala, no se cansa de recomendar este juego para los más pequeños. Asegura que son todo ventajas para el entrenamiento de un niño.
Ronaldinho entró en el equipo infantil del Gremio y, en 1997, a los 17 años, fue la estrella del Campeonato Mundial de fútbol Sub-17, celebrada en Egipto. Desde entonces, el éxito ha sido imparable. Su hermano abandonó el juego y se dedicó a hacer de apoderado, consejero y mejor amigo de Ronnie. Deisy, la hermana de ambos, también hace las funciones de secretaria y tutora.
La familia entera forma un cerco a veces infranqueable en torno a su famoso hermano en su casa con vistas al mar en Castelldefels, al sur de Barcelona. En Porto Alegre tiene un rancho en plena naturaleza en el que ha instalado un campo de futbol reglamentario en el que suele jugar descalzo sobre la hierba.
El día a día de Ronaldinho: «Yo no soy fashion»
Ahora, Bombom ya no está con él pero tiene en Barcelona a Bola y a Negrao, dos perros con los que le sigue encantando regatear. En su rancho de Porto Alegre tiene ocho perros más. El coche que ha elegido es un enorme Hummer negro (le llevan, a él no le gusta conducir) con el que es difícil pasar inadvertido. Pero es la única manera de poder llevar a todos sus amigos, todos de su edad, todos brasileños, todos gente normal. Su comida favorita es feijoada, un plato típico brasileño, y, si puede ser, hecha por su madre.
Su desparpajo con el balón se tranforma en timidez cuando está sobre una alfombra roja. Prefiere los pantalones anchos, las Nike y el colgante de la R con diamantes que cuelga de su cuello, al traje negro de las grandes ocasiones. Hace unos meses, Mundo Deportivo decía: «El 'glamour' de Ronaldinho es tan urbano y corriente que para las portadas de este tipo de revistas [del corazón] vende más quién toca con su pie Beckham que la vida privada del crack blaugrana.»
Ronaldinho
tiene una relación muy estrecha con su madre. Recibe todos los premios
en su presencia, y no parece soportar estar separado de ella
mucho tiempo. El domingo pasado, fue a Brasil a verla antes de
dirigirse, horas después, a la concentración de Brasil en la localidad suiza de Weggis para los
mundiales. «Era ineludible», dijo. «Tenía que ver a mi madre, porque no
pudo estar en la final de París el pasado miércoles, y tenía que darle
un beso».
Ronaldinho fue recibido en Brasil con todos los
honores. Llegó a su país con su chófer en Barcelona, un amigo de su infancia, Thiago Silva, que también jugó en equipos inferiores del Gremio. Además de su familia, al número 10 del Barcelona le esperaba "Samba Tri" —un grupo de Pagoda (variante de la Samba) apadrinado por Ronnie— que le cantó su tema favorito: Goleador. El estribillo dice así:
Mucha gente dice que ser jugador es una facilidad, vivir en el esplendor. No sabe que el arte es más difícil que hacer de doctor. Driblar a la vida y encontrar una salida para no ser más un sufridor comiendo sardinas, jugando al límite para ser un goleador
La música es otra de sus pasiones. «Desde los 3 ó 4 años, la música y el fútbol han sido toda mi
vida. No podría imaginarme haciendo otra cosa en la vida que el fútbol»,
dice. «Pero ahora creo que si no hubiese sido futbolista, habría sido
músico».
Aunque no es ajeno a las dicotecas y clubs de Barcelona, se queja de no tener más tiempo para estar en casa, jugar con sus perros, cocinar y hasta, como cuando era niño, dejar que su imaginación le lleve a lugares lejanos. «Siempre imaginé cosas absurdas. Era muy soñador cuando era niño», dice. «En la Copa de 1994, ví a Romario y ahí me dije: Quiero ser igual a él. Después, Ronaldo fue elegido el mejor del mundo y yo también quería ser como él».
No es raro ver a Ronaldinho mirando al cielo o santiguándose. Es muy
religioso y no le gusta que le llamen crack o ídolo, porque él cree que Dios le ha
dotado con un don, el del fútbol, igual que a otros les dota con el de la música.
El hijo de Ronaldinho
Muy a su pesar, la vida privada de Ronaldinho saltó a los titulares en una ocasión, hace unos meses. Ronaldinho tiene un hijo con una bailarina brasileña llamada Janaína que trabaja
en distintos programas de la cadena carioca O Globo. El niño nació el 25 de
febrero de 2005 y le pusieron de nombre Joao, en honor al padre del
futbolista.
La noticia la dio el diario Zero Hora de Porto
Alegre varios meses después del nacimiento y Ronaldinho se sintió traicionado por su difusión. El jugador es muy celoso de
su vida privada. Nunca se le han conocido relaciones sentimentales
estables. Cuando nació Joao, su círculo más próximo le recomendó que
hiciera pública su paternidad y no se arriesgara a que los medios se le adelantaran, pero él consideró que era un asunto
estrictamente privado. Ronaldinho ha aceptado su paternidad públicamente, pero no quiere hablar del tema.
Un cómic sobre Ronaldinho
Mauricio de Sousa es uno de los dibujantes más famosos de Brasil. En la década de los 70, lanzó una historieta basada en un astro del fútbol: Pelé. Ahora acaba de lanzar otra sobre Ronaldinho. El personaje del cómic tiene todas las características del jugador de Porto Alegre: su capacidad de disfrutar del juego y de vivir la vida con alegría.
El mensaje central de la historieta, según de Sousa, es que tenemos que aprovechar el momento que estamos viviendo. Si surge algún problema, intentaremos resolverlo y, si no lo logramos, mañana volveremos a intentarlo, seguramente con otra perspectiva mejor.
El hombre que pudo poseer el 25% de Ronaldinho
En algún lugar de Brasil, hay un hombre llamado Renato que ayudó a su antiguo equipo, el Gremio de Porto Alegre, en una época de crisis. Le prestó unos 100.000 euros para que pasara el bache.
Les fue imposible devolverle el dinero, así que le ofrecieron la cuarta parte de los beneficios de alguna de las jóvenes promesas del equipo. Le dieron a elegir entre Ronaldinho y un jugador de medio campo llamado Tinga.
Renato eligió al segundo: «He oído buenas cosas de Tinga», dijo. Ocho años más tarde, Tinga es un desconocido. Si hubiese elegido a Ronaldinho, su fortuna hubiese sido diferente.
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