Siempre se ha creído que los profesores son mejores que los padres a la hora de evaluar el comportamiento de los niños, ya que ellos tienen un grupo mayor de alumnos para comparar. Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Virginia (UV), en Estados Unidos, ha mostrado que no es así en todos los casos.
Los padres son mejores para valorar el estado emocional de los chavales (ansiedad, tristeza, soledad, dolor, ...) mientras que los profesores son mejores evaluando los malos comportamientos (agresivos o delincuentes).
Los malos comportamientos —pelear, burlarse, amenazar,
engañar, maldecir, mentir, ...— pueden ser
aprendidos de los padres, así que no necesariamente los
reconocen como algo aberrante, mientras que los profesores sí lo pueden hacer.
«Nuestros resultados indican que tanto padres como profesores son
importantes a la hora de valorar el comportamiento global de un niño»,
dijo Timothy Konold, coordinador de investigación, estadística y
evaluación en la Escuela de Educación Curry de la UV.
El estudio fue presentado en una reunión de la Asociación
Americana para la Investigación de la Educación celebrada el pasado 8
de abril en San Francisco.