Herodes
"Mejor ser su cerdo que su hijo"
Cuando Herodes cayó enfermo, dos conocidos profesores, Judas y Matías, animaron
a sus alumnos a quitar el águila dorada romana de la entrada del
Templo. Según los Diez Mandamientos, era un pecado construir ídolos.
Pero Herodes quemó vivos a los maestros y a los alumnos.
Augusto dijo de él: "Mejor ser su cerdo que su hijo", refiriéndose a la prohibición judía de comer cerdo y a los hijos de Herodes, Aristobulus y Antipater, asesinados por su propio padre en los años 7 y 4 A de C. Es sólo una muestra de cómo fueron los últimos años del reinado de Herodes, hijo de Antipater de Idumea, y de Cyprus, hija de un jeque árabe.
No sorprende, pues, que la matanza de los inocentes descrita en el
Evangelio de Mateo resultara totalmente plausible, aunque no hay
ninguna otra versión, ni siquiera en la obra de Flavius Josephus,
principal referencia sobre la vida de Herodes.
Su padre, poder en la sombra en el reinado de Hyrcanus, le consiguió el
cargo de gobernador de Galilea a los dieciséis años, y su fidelidad,
primero a Marco Antonio y después a Octavio Augusto, le convirtieron en
'basileus', el máximo título posible.
Tuvo un reinado muy productivo en lo material, pero sus relaciones con
los judíos no eran buenas, tanto por sus preferencias por el gusto
griego como por su falta de respeto a las leyes locales. Por otra
parte, los impuestos eran altísimos para la época.
El problema de la sucesión, agravado por la enfermedad y las intrigas
familiares después de diez matrimonios, provocó la ejecución de sus
hijos descrita anteriormente. Después de su muerte, probablemente de
gangrena de Fournier, Augusto confirmó el testamento de Herodes y su
reino se dividió entre tres de sus hijos.
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