Estar embarazada y expuesta al humo de tabaco, tanto si es propio como si es de segunda mano, puede ser la causa de futuras visitas al psiquiatra con el niño.
Según un nuevo estudio
realizado por investigadores de la Universidad de Washington, en EEUU,
los hijos de madres expuestas a humo de tabaco durante
el embarazo tienen más riesgo de padecer problemas psicológicos serios,
como trastorno por déficit de atención (TDA) y problemas de
comportamiento, que las que no lo estuvieron.
El estudio, que se publica en el último número de la revista Child Psychiatry and Human Development, es el primero que demuestra una relación entre el humo en la etapa prenatal y la conducta agresiva, desafiante, y otros trastornos del comportamiento que abarcan fracaso escolar, peleas, saltarse las normas, consumo de drogas y destrucción de la propiedad.
El estudio fue realizado por los psicólogos Lisa Gatzke-Kopp y Theodore Beauchaine, que compararon patrones de psicopatología en tres grupos de niños de entre 7 y 15 años, todos ellos con problemas emocionales y de comportamiento. Un grupo no estuvo sometido a humo de tabaco mientras estaba en el vientre materno. El segundo grupo estaba formado por niños cuyas madres fumaron durante el segundo y tercer trimestre de embarazo. El tercero consistió en niños cuyas madres estaban expuestas a humo ambiental en el trabajo o en casa durante los dos últimos trimestres de embarazo. Participaron un total de 171 niños y 133 mujeres.
Los que estuvieron expuestos antes de nacer a humo del tabaco tanto pasivo como activo, tenían después más síntomas de TDA y problemas de conducta que los niños cuyas madres pasaron sus embarazos en ambientes libres de humo. Sin embargo, no mostraron más síntomas de otras alteraciones emocionales como la depresión o la ansiedad.
Los autores del estudio también midieron otros factores como nivel económico de los padres, el peso al nacer, el comportamiento antisocial de los padres y el consumo de drogas, pero la exposición al humo de tabaco persistió como el principal predictor de alteraciones de conducta y TDA.
Se cree que la nicotina, compuesto alcaloide, es el causante de estos comportamientos en niños. En estudios con animales, se ha encontrado que la nicotina afecta al desarrollo del cerebro durante el segundo y tercer trimestres de embarazo, causando daños en las regiones cerebrales críticas para el desarrollo de trastornos psicopáticos en humanos.
«Las pruebas demuestran que el sistema de dopamina del cerebro se sobreestimula durante el embarazo», dijo Beauchaine. La dopamina es una sustancia química que juega un papel importante en el comportamiento y la cognición, entre otras cosas. «Como consecuencia, los niños que estuvieron expuestos al humo en el útero resultaron más difíciles de tranquilizar como bebés. A los dos años eran hiperactivos y desobedientes. Más tarde, son irritables y tienen dificultades para concentrarse».