Julio/Agosto de 2007, nº 22
Niños de diciembre
Cuatro huérfanos han pasado su infancia esperando a que alguna de las familias visitantes se los llevara a casa.
Cuatro generaciones
En esta conmovedora y entretenida historia conviven cuatro generaciones de hombres, unidas para cumplir la última voluntad del excéntrico abuelo.
Prodigio al piano
Matt Savage estaba a punto de cumplir 14 años cuando grabó este disco con su trío.
Vida fácil con niños
Ha acabado el curso, en el que más de una vez has tenido que ir sin aliento a buscar
a tus hijos al colegio, a ballet o a la piscina. Eso es porque todavía no has leído este libro.
Cambia el "chip"
Las vacaciones son un buen momento para replantear el rumbo de nuestra vida. Este libro, además de divertido, enseña a poner orden en el caos creado a nuestro alrededor.
Quemaduras de verano
Si no es el niño el que se ha quemado al sol, es el padre, que se puso a animar el fuego de la barbacoa echando un chorro de líquido inflamable...
..., o la madre que caminó descalza por el asfalto caliente, o alguien que no leyó las instrucciones de seguridad de la pirotecnia verbenera. En verano, las visitas a Urgencias por quemaduras están a la orden del día y, en casi todos los casos, ocurren por motivos que podrían haberse evitado.
Aquí van unas recomendaciones del doctor Edward Walton, profesor de Urgencias Pediátricas en la Universidad de Michigan, EEUU, para asegurarnos un verano sin sobresaltos:
Quemaduras por el sol. Piel.
Duelen, se pelan, y te pueden hacer sentir mal, con náuseas y debilidad. Pero no es sólo eso, hacen que tu piel envejezca antes y aumentan el riesgo de que desarrolles un cáncer de piel más tarde. Una simple ampolla por quemadura del sol duplica el riesgo de que un niño desarrolle un melanoma, el tipo de cáncer de piel más mortal en la edad adulta. Pero, afortunadamente, las quemaduras del sol se pueden prevenir con protección solar, ropa, etc.
Mantén a los bebés fuera del sol. Los demás deberían aplicarse un factor de protección solar alto, media hora antes de salir al sol, y volver a ponérselo cada hora. Quédate en la sombra entre las 12 y las 4 de la tarde. Lleva ropa suelta, camisetas de manga larga, pantalones y sombreros de ala ancha mientras pasees o estés trabajando en el exterior. Y ten en cuenta que hay medicinas que hacen que te quemes con más facilidad, así que pregúntale a tu médico o farmacéutico.
Quemaduras por el sol. Ojos.
Es fácil saber cuándo se ha quemado la piel, porque se pone roja en un par de horas. Pero también puedes quemarte los ojos, que no enrojecen por ese motivo. Simplemente absorben los rayos UVA dañinos, que pueden causar problemas más tarde, incluyendo cataratas y pérdida de visión.
Las gafas de sol son importantes cada vez que se salga al exterior, también para los niños.
Barbacoas.
Cocinar fuera es una de las mayores atractivos del verano, pero es también uno de los más peligrosos si no se toman precauciones. Y no ayuda a prevenir los riesgos el que la gente que cocina fuera, además, suela consumir alcohol.
Muchos de los accidentes ocurren al encender el grill. «No enciendas nunca un grill de propano con la tapadera puesta. El gas puede acumularse dentro del grill y puede explotar», dice Walton. Si vas a usar líquido para prender el fuego, empapa bien el carbón y después apártate y enciéndelo. Nunca añadas más líquido, o cualquier otro acelerador, a un fuego que está ya ardiendo. El fuego podría asciender por el chorro y hacer explotar el contendor del líquido.
A los niños hay que mantenerlos lejos del grill, tal y como hacemos en casa con el horno. Es una buena idea marcar el área de "No pasar" con una tiza alrededor de la barbacoa y asegurarse de que los niños comprenden por qué no deben traspasarla.
Hogueras y fogatas.
La zona de "No pasar" también se aplica a las hogueras y otros fuegos que no se hagan para cocinar. De la misma forma que no se deja a un niño pequeño un mechero o una caja de cerillas, no debe permitirse se que merodee cerca del fuego.
«Los niños se sienten instintivamente intrigados por el fuego, y nadie piensa en ello cuando les da un palo con una nube de azúcar prendida en un extremo. Puede convertirse en seguida en una antorcha con un proyectil al final», dice Walton. «He visto muchas quemaduras graves de nubes pegadas a la piel mientras todavía estában ardiendo».
Si llevas platos desde la zona de cocina hasta la mesa, hazlo lo más cerca del suelo mientras caminas para que, si tropiezas, no te caiga la grasa caliente sobre la cara, los brazos o el pecho.
Otro peligro son los hoyos hechos en la arena para las fogatas. No basta simplemente con tapar las brasas cuando se termina. Cuando se cubre un fuego de playa con arena, no se apaga, más bien se convierte en un horno que se mantiene caliente muchas horas. Existe un gran riesgo de que después llegue alguien y se queme los pies al pasar por encima. Hay que apagar la fogata con mucha agua.
Pirotecnia.
«La mayoría de padres no le darían a su hijo un mechero, pero le dan una bengala, que es lo mismo», dice Walton. El consejo básico es: deja los fuegos artificiales para los profesionales. Si no hay más remedio que encender uno pequeño, legal, de tu propiedad, piensa en todo momento que estará "vivo" en todo momento, a menos que lo sumerjas por completo bajo el agua.
Motores.
De coche, de vehículos recreativos, de cortacéspedes, etcétera. Los niños que pasan el cortacésped puede que no sean conscientes de que el tubo de escape de la máquina puede quemar. Y también hay que tener en cuenta que el sol del verano y el calor hacen que a las máquinas les cueste más tiempo enfriarse, así que pueden quemar mucho después de haberlas apagado.
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