Isabelle Carro tiene 27 años y sufre anorexia desde los 13 «por culpa de una infancia difícil». Ha sido la elegida por Oliviero Toscani para su última polémica.
Durante el último año, la industria de la moda ha estado tratando de limpiar su imagen animando a los diseñadores a elegir modelos con un aspecto más saludable. Pero esta semana Toscani les ha tirado un jarro de agua fría. Isabelle ha aparecido desnuda a doble página en los periódicos y en enormes carteles por las calles de Milán, mostrando un cuerpo de 1,65 de estatura y escasos 30 kilos, y dos palabras: "No. Anorexia".
Las fotos forman parte de una campaña de moda para la marca Nolita, del grupo Flash & Partner. Ha recibido el apoyo del Ministerio de Salud italiano, pero no de los que luchan contra la anorexia. Hay quien se pregunta si estos anuncios están luchando contra esta terrible enfermedad o aprovechándose de ella. Isabelle, desde su blog, dice que espera que sirva para que los jóvenes se den cuenta de los peligros que entraña la anorexia.
Luisa Bertoncello, directora ejecutiva de Flash&Partners confesó que ella también se quedó asombrada al ver las fotos, pero continuó adelante con la campaña porque considera que destapa la hipocresía del mundo de la moda. «Si alguien que piense no hay problemas con algunas de las modelos que trabajan para esta industria, entonces es que está ciego», dijo a The Wall Street Journal.
Oliviero Toscani continúa así en su papel de fotógrafo políticamente incorrecto. En las campañas para Benetton que le hicieron famoso, aprovechó para arremeter contra la pena de muerte, los prejuicios racistas o la religión. Ha hecho fotos a enfermos de sida, a niños con armas, a sentenciados a muerte, ... Y ha dicho en alguna ocasión que si pudiese retratar al Papa lo haría dando la comunión con la píldora a una fila de mujeres.
En una entrevista dijo: «Mi único sueño es intentar comprender. No creo que llegue a ser un adulto. Me niego a serlo. Los adultos son jóvenes muertos. Sólo los estúpidos quieren llegar a adultos.» Para Toscani, la fealdad está sólo «en la falta de generosidad y de entusiasmo».
