El dolor de barriga es una de las quejas más habituales de los niños. Según un estudio reciente, la terapia psicológica de niños y padres podría ser una solución eficaz.
En la mayoría de casos, el dolor de barriga no tiene explicación médica, y todo lo que
necesita es apoyo y cariño. Pero hasta un 25% de los escolares sufre dolores abdominales
recurrentes y repetitivos que afectan a su vida diaria.
Angela Huertas-Ceballos, neonatóloga del Hospital Elizabeth Garrett
Anderson, en Londres, ha llegado a la conclusión de que la terapia psicológica puede resultar eficaz, después de revisar seis estudios realizados con 167 niños. The Cochrane
Library publicó los resultados hace unas semanas.
El hecho de que funcione la terapia cognitiva no significa que el niño
se invente el dolor, según la doctora Huertas-Cebados. «Estos dolores son verdaderos y severos y no hay
que menospreciarlos», dice. Pero, «aunque no
están claras las causas orgánicas principales, parece que hay un
importante componente mental».
La terapia cognitiva puede resultar beneficiosa porque el dolor se reduce cuando el músculo se relaja, y esta técnica incluye relajación y técnicas de distracción. «Pero la relajación no elimina el dolor, sólo lo controla», nos explica Huerta-Ceballos. «La terapia es bastante específica e incluye el tratamiento de los padres y del niño para aprender a controlar el dolor».
Algunos estudios han desvelado que el temperamento del niño y la ansiedad de los padres son dos buenos predictores del dolor abdominal recurrente. Cuanto más
preocupada se mostraba la madre sobre el estado del hijo, más
persistente era el dolor. En la mayoría de estudios revisados, ambas partes recibieron la
terapia.