Nº 27

Para una de las mejores fotógrafas del National Geographic, Annie Griffiths Belt, el mejor material para transportar sus cámaras es fácil de encontrar: pañales.

Dice que, aún después de que sus dos hijos dejaran de usarlos, ella seguía comprándolos, porque se ajustan a las cámaras como un guante y las protegen en sus viajes alrededor del mundo.

En los años 70, Annie fue una de las primeras fotógrafas que contrató National Geographic y ha dado la vuelta al planeta para realizar fotografías inolvidables. Se casó con un redactor de la revista, Don. Y, cuando fue madre, tomó la determinación de llevarse a los niños con ella a la mayoría de encargos. Con la ayuda de niñeras entusiastas, sus dos pequeños han vivido aventuras inolvidables en exóticos lugares, desde las islas Galápagos hasta Jordania o el Parque Nacional Yellowstone. Sus hijos, Lily y Charlie, ahora tienen 18 y 15 años respectivamente, y viven con sus padres en Virginia. 

Annie cuenta que incluso en los parajes más remotos del planeta, el hecho de ser madre le abría siempre las puertas. Lo cuenta todo en su recién publicado libro: A Camera, Two Kids, and a Camel: My Journey in Photographs, una especie de libro de memorias, en el que las imágenes hablan por si solas. El mensaje subliminal es: se puede ser madre y cumplir tus sueños, y de paso hacer que tus hijos participen y disfruten también de ello.

En el web del National Geographic se puede ver una estupenda proyección de algunas imágenes que aparecen en el libro de Griffiths comentadas por ella misma. La fotógrafa tiene además su página web personal.