La historia de un niño inmortal

A Leopold Mozart le hubiese gustado ver la que se ha montado para festejar el 250º aniversario del nacimiento de su hijo. Pensaría que se han superado con creces sus deseos, que consistían en que el mundo entero conociera el prodigio musical de Wolfgang, «el milagro». Pero, sin duda, lo que más asombraría a este hombre que creía fervorosamente en los milagros sería ver que la gente del siglo XXI cree que la música de su hijo puede curar (el llamado «efecto Mozart»).

Kindsein dedica este número especial al genio y a la Mozart Manía. Recordaremos su intensa infancia y su corta y ajetreada vida. Wolfgang Amadeus Mozart nació el 27 de enero de 1756 y murió a los 35 años.

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Durante el 2006, miles de críticos tratarán de ordenar la información contradictoria obtenida sobre el genial compositor. ¿Quién era realmente? En la película Amadeus, de Milos Forman, lo retrataron como un ser infantil, mal hablado, caótico, impulsivo, con poco tacto y con una risilla irritante.

La historia de Wolfgang Amadeus Mozart va muy ligada a la de su familia, al empeño de su padre, a una época sin adelantos médicos, sin cuidados prenatales, con epidemias que aniquilaban poblaciones enteras, con viajes que eran toda una odisea, en un continente lleno de reyes, príncipes, nobles y paganos, ...

Wolfgang nació en una época en la que lo más normal era morirse poco después de nacer. Su madre tuvo siete hijos y sólo sobrevivieron dos. Pero tuvo la tremenda fortuna de tener una familia donde pudo desarrollar su fascinante talento.