Dicen que Javier tiene los conocimientos de un licenciado en Físicas, Química e Ingeniería. Y nunca ha ido al colegio.
Los que conocen a Javier Fernández-Han se preguntan si no habrá pasando por alto su infancia. Él contesta: «Tengo muchos amigos implicados en mi ONG Inventores sin Fronteras. La gente de mi edad podría hacer más, pero no saben cuáles son sus pasiones".
La pasión de Javier es ayudar a los más pobres, acabar con el hambre en el mundo. El año pasado ganó el prestigioso premio internacional Invent Your World Challenge (Desafío Inventa tu mundo), con sólo 15 años. La idea de su proyecto le empezó a rondar cuando tenía sólo nueve.
Lo que sabe, lo ha aprendido en casa. Maria Teresa, su madre, es de origen mexicano. Peter, el padre, de Taiwan. Ambos se conocieron en la Universidad de Brown, y, convencidos de que la escuela sólo serviría para frenar el potencial de sus hijos, decidieron educarles en casa. Javier es el pequeño. Hay otro, Fabián, que está centrado en las finanzas. Peter dice que son un equipo complementario. Fabián es capaz de encontrar inversores para que Javier siga investigando.
El invento ganador de Javier se llama Versatile (versátil). Utiliza 12 tecnologías diferentes que funcionan a la vez para tratar residuos, producir metano y biocombustible, generar alimentos para los humanos y para el ganado, captar gases del efecto invernadero y producir oxígeno. Y todo este sistema funciona a base de algas. Javier dice que podrían crearse máquinas de tamaño doméstico para usar en los hogares y máquinas grandes para alimentar a pueblos y ciudades. Según Javier, «las algas son la navaja suiza de la naturaleza. Se libra de muchas cosas que no queremos y produce muchas otras que necesitamos».
Javier dice que debe gran parte de su éxito al inventor Ashok Gadgil. A los nueve años, asistió a una exposición sobre su trabajo y fue en ella donde aprendió que podía inventar y al mismo tiempo mejorar la vida de los demás.
En una reunión de inventores, de la AshokaTECH (patrocinadores del premio), le dijeron a Javier que pidiese cualquier favor a los inventores presentes en la sala. Javier dijo: «Pasen una hora inspirando a alguien. No piensen sólo en invertir en los inventos, sino también en invertir en las vidas de las personas».
El año pasado empezó a ir a un instituto de Texas. Sueña con ir a Standford.