30.01.2006

Opinión

Población y miopía mental

Johan Eimeric


La miopía es la incapacidad para ver nítidamente de lejos, pero se puede corregir. La miopía mental es un caso mucho más complicado. En democracia, los políticos tienen una vida relativamente corta. Muchos cargos nacen, se reproducen y mueren en tan solo cuatro años. Normalmente, su objetivo es la inmortalidad democrática en forma de reelección, pero para eso tienen que presentar a sus votantes resultados fáciles de entender a corto plazo.


Pero no todos los logros son así. Desde el punto de vista del Estado, un niño debería verse como un proyecto de contribuyente, una buena inversión a largo plazo. Según el IFO Institute for Economic Research at the University of Munich, en Alemania el beneficio neto por niño al final de su vida es de unos 77.000 euros1. Sin embargo, muchas veces se trata como un lujo para padres con recursos, o un accidente de padres sin medios.

Muchos padres acaban viéndolo así también, como algo que siempre ha sido así y siempre será. El IFO ha sugerido que se obligue a los ciudadanos sin hijos a invertir una parte superior de sus ingresos en planes de pensiones. Tal como está organizado el sistema de pensiones en muchos países, los jubilados sin hijos se encuentran en una posición privilegiada: tuvieron menos que pagar, al no tener hijos y vivir en una sociedad con menos pensionistas, y ahora la responsabilidad recae en los hijos de los demás.

En sociedades con índices bajos de fertilidad y con alta esperanza de vida, el único grupo de votantes en crecimiento es el de los pensionistas. Son personas que, por definición, no verán las consecuencias que tiene su voto actual en la época de jubilación de los recién nacidos. Y los políticos encuentran un filón en esa limitación de miras: sólo hay que ver cómo en muchos transportes públicos habrá bonos para pensionistas, pero un niño de cuatro años tendrá que pagar su billete completo.

Tarde o temprano habrá que corregir esta aberración. Los niños no son como una bolsa de petróleo que se descubre cuando empiezan a cotizar a la Seguridad Social. Muchas parejas ya se han dado cuenta, y sólo el instinto de supervivencia de la especie evita una sociedad formada exclusivamente por parejas DINK ("Double Income - No Kids", "doble ingreso sin niños").

Al igual que está ocurriendo con el cambio climático, hace falta una organización supranacional cuyos objetivos estén establecidos a largo plazo. La Unión Europea podría tener esas cualidades, pero todavía hay veinticinco reyezuelos que interfieren con sus limitadas aspiraciones. Ojalá los movimientos separatistas consigan por fin que los problemas locales se vean como tales, y ocurra lo mismo con los globales.



x1 The fiscal balance of children in the German tax-transfer system, citado en Medidas contra la baja fecundidad en Alemania y Japón