Los menús de los colegios españoles «no son equilibrados», según dijo el doctor Carlos Paredes, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría y jefe de la Unidad Neonatal del Hospital Clínico Universitario de Valencia. «Son demasiado energéticos, les falta verdura y fruta fresca. Y, en general, tienen un exceso de rebozados, cerdo, croquetas, "san jacobos", ....».
Según dijo este especialista en una entrevista para Consumer, durante
los tres primeros años del niño los padres extreman mucho la calidad de
la alimentación, pero después se produce un «exceso de confianza de las
familias, que creen que lo están haciendo bien cuando no siempre es
así». Les comienzan a dar «más cerdo, más azúcares, más
bollería industrial. Y además los niños empiezan a comer en las
guarderías y los colegios», donde los menús «adolecen de falta de
calidad, no de cantidad».
Paredes es uno de los participantes en el estudio "Etapas", realizado
por Dodot y la Asociación Española de Pediatría (AEP), sobre hábitos
alimentarios de la población infantil española.
El estudio refleja también el alto consumo de chucherías: entre los dos y los tres
años de edad, el 54,9% de los niños come chucherías por lo menos una
vez a la semana, y un 17% lo hace tres o más veces por semana. Según Paredes, lo ideal sería restringir su consumo al máximo: «No hay
que convertirlo en un hábito, ni siquiera una vez a la semana. Hay que
tratar de cambiar la cultura de que en los cumpleaños y fiestas haya
chucherías, hay formas alternativas de celebrarlo».