Escuela
Niños enfermos, profes también
Los estadounidenses, muy aficionados a las estadísticas, dicen que
sus niños faltan a clase 22 millones de días al año, por resfriados, gripes y otras infecciones. Siete de cada diez profesores opina que sus aulas no se
desinfectan, y más de la mitad dice que tienen que gastar su tiempo y dinero en hacerlo ellos mismos.
El doctor Paul Horowitz, director médico de la clínica de pediatría en el Hospital de Niños Legacy Emanuel, de Portland, Oregón, fue quien hizo pública dicha encuesta el verano pasado en Nueva York.
Cada niño contrae una media de 6,5 resfriados al año, que duran entre 3 y 5 días. Y los adultos que están con los niños no se libran de las infecciones. Entre los adultos, la media de resfriados anuales suele estar entre 2 y 4. Pero los profesores se resfrían una media de 5,3 veces al año.
La mayoría de los maestros cree que su clase está limpia, pero no libre de gérmenes, sobre todo cuando los niños vienen enfermos a clase. «Nueve de cada diez profesores cree que los niños suelen venir enfermos al colegio», según Horowitz. «Yo lo veo en mi consulta cuando un niño viene enfermo y me dicen que lleva enfermo tres días y ese es el primer día que falta a la escuela».
Horowitz explicó que las tres cuartas partes de los maestros cree que contrajeron alguna enfermedad de los niños el año anterior. Incluso la mesa, el sacapuntas, el pomo de la puerta o el grifo que toque un niño infectado quedan colonizados inmediatamente por los gérmenes, explicó este especialista.
¿Qué es lo que profesores y padres pueden hacer para que haya menos riesgo? El doctor Horowitz y otros especialistas dieron estos consejos:
—Lo más importante es insistir en que todo el mundo se lave las manos. «Sabemos que el absentismo de clase se reduce a la mitad sólo con un lavado regular de las manos». —Hay que reeducar a los niños con respecto a eso de compartir los juguetes, según Janis Hootman, anterior presidenta de la National Association of School Nurses. Puede que sea complicado con los juguetes, pero hay que evitar que compartan comida, vasos y objetos por el estilo. —Los adolescentes deben evitar al máximo compartir cosméticos y ropa. —Tanto los adultos como los niños deberían aprender a no toser o estornudar sobre sus manos o sobre otras personas. «Tenemos que toser sobre un pañuelo, porque si no después vamos con esa mano sucia al pomo de la puerta, o a saludarte chocando tu mano, y diseminamos los gérmenes de las enfermedades», dijo Hootman. —Hootman y Horowitz coincidieron en que por muchas precauciones que se tengan, está claro que no librarán a los niños de un resfriado. En tal caso hay que mantenerlos fuera de clase, y evitar que contagien a sus compañeros. —Los padres que trabajan tienen que contar con un plan de contingencia para estos casos. Lo mejor es planteárselo antes de que suceda: ¿Qué haré cuando mi hijo se ponga enfermo? Y encontrar una solución para que el pequeño no vaya diseminando la enfermedad por el colegio.
La encuesta: Back to school: child and adolescent health briefing
(agosto, 2005). Documento PDF, del web de la American Medical Association (AMA).
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