Los hombres y las mujeres, los niños y las niñas, no pensamos
igual. Eso parece obvio. No hay más que ir a un patio de colegio para
ver cómo juegan unos y otros. Unos investigadores de la Universidad Irvine, de California, EEUU, lo han demostrado al retratar*
el funcionamiento de cerebros de hombres y mujeres con idénticos
coeficientes de inteligencia.

El cerebro está formado, principalmente,
por dos tipos de tejidos, la materia blanca y la gris. Ambas son
importantes para la inteligencia, pero cada una de ellas tiene
funciones distintas. La materia gris representa centros de
procesamiento de información, mientras que la blanca trabaja para
ayudar a enlazar esos centros de procesamiento. El nuevo estudio
—publicado en NeuroImage—
desvela que los hombres utilizan más la materia gris y las mujeres la
blanca, sin afectar a la función intelectual. Concretamente, los
hombres tienen unas 6,5 veces más materia gris relacionada con la
inteligencia que las mujeres, y éstas tienen unas 10 veces más materia
blanca relacionada con la inteligencia que los hombres.

Esto sugiere
—según el director de la investigación, el doctor Richard Haier—
que la evolución humana ha creado dos tipos distintos de cerebros
diseñados para un comportamiento igualmente inteligente. Este estudio podría
ayudar a entender por qué los hombres se desenvuelven mejor en trabajos
que implican procesos más localizados, como las matemáticas, y las
mujeres en tareas que necesitan integrar y asimilar información de
distintas regiones de distribución de materia gris en el cerebro.

El
trabajo también podría explicar por qué un tipo de daño cerebral puede
ser más desastroso en un sexo que en otro. Por ejemplo, en las mujeres,
el 84% de las regiones de materia gris y el 86% de las regiones de
materia blanca involucradas en el desempeño intelectual están en los
lóbulos frontales, mientras que en el hombre estos porcentajes son del
45% y del 0% respectivamente. Esto coincide con los datos clínicos que
muestran que el daño en los lóbulos frontales es mucho más
devastador en las mujeres que en los hombres.

(* Análisis morfométricos
basados en voxel de imágenes del cerebro por resonancia magnética.)