«Una de las experiencias más positivas realizadas en Suecia fue un
proyecto para fomentar la  lectura en un grupo de veinticuatro
niños pertenecientes todos a familias de refugiados de doce
nacionalidades diferentes. Se llevó a cabo en Rinkeby, un barrio en las
afueras de Estocolmo que casi alberga únicamente a refugiados.

Las heroínas de la historia son dos maestras suecas de unos sesenta
años y una bibliotecaria de unos cuarenta, también sueca. Casi sin
apoyo oficial y como parte de su trabajo normal, lograron que su grupo
experimental, después de estar en el programa cuatro años, superara en
lengua y matemáticas al promedio no sólo de otros grupos compuestos por
niños de otras lenguas maternas sino también al promedio de los grupos
integrados por chicos suecos.

Las maestras empezaron a trabajar con el grupo cuando estaban en su año
preescolar, a los seis años, en 1994. Durante el año preescolar les
leyeron cuentos, los acostumbraron a estar en aulas rebosantes de
libros atractivos; animaron a los chicos a contar sus experiencias y
escribieron estas pequeñas historias en grandes blocs de papel,
releyéndolas una y otra vez. Alumnos más avanzados vinieron a visitar a
los niños de ese grupo experimental.

Durante el año, paso a paso, las maestras fueron atrayendo la atención
de los chicos hacia las letras y las palabras completas y así muchos de
ellos lograron aprender a leer ya en ese año que era de ”preparación a
la lectura”. En el primer año escolar, los alumnos estudiaron las
letras una a una y aprendieron a escribirlas correctamente. Cada día
leían: en voz baja, en voz alta y de dos en dos. Se contaban historias,
dibujaban ilustraciones y realizaban improvisaciones basándose en
escenas de los libros.

Al segundo año uno de los temas elegidos fue Alfons Aberg, el
protagonista de unos libros muy populares de una autora sueca. Los
niños leyeron, discutieron, escribieron resúmenes, se disfrazaron como
los personajes de los cuentos y representaron escenas para los padres y
otros niños del grupo preescolar, y finalmente vino a visitarlos la
autora, Gunilla Bergstrom, en persona.

Otro tema del segundo año se basaba en un libro para niños sobre
veinticuatro reinas y reyes suecos. Ya que había precisamente
veinticuatro niños en el grupo, cada niño pudo tener su propio rey.
Leyeron la presentación de ”su” rey o reina en el libro y después
buscaron más datos y finalmente representaron la historia de los reyes
de Suecia, vistiendo todos una corona de papel dorado y una capa
elegante, exclamando por ejemplo ”Yo soy Gustavo III y vivo en el
palacio de Estocolmo”. Hicieron varias representaciones ante los padres
y otros alumnos. Visitaron el palacio real para ver como vivían los
reyes y un museo folclórico para conocer como vivían los pobres.

Un tema del tercer año fue Astrid Lindgren, autora sueca de literatura
infantil inmensamente querida y respetada por todos los suecos. Sus
libros son más largos y complicados pero los alumnos trabajaron sobre
ellos y hasta pudieron visitar dos parques temáticos sobre el mundo de
Astrid Lindgren y los lugares en los que habían sido rodadas algunas de
las películas basadas en sus obras. Además, los alumnos tuvieron acceso
a actividades, sociales y académicas, preparadas para reforzar la
lectura.

Los niños del grupo experimental amaban tanto al colegio que bastantes
de ellos solían llegar hasta una hora antes del comienzo de clase. En
un vídeo que se ha hecho del proyecto, varios niños dicen que les
gustaría llegar a ser escritores.

En el tercer año, muchos de ellos llevaban leídos entre 400 y 500
libros. La colaboración con la biblioteca municipal hizo que la
biblioteca dejara ”en consigna” lotes de unos 400 libros para el aula,
libros de cuentos o que trataban de plantas y animales.  Casi
siempre existían unos cinco ejemplares del mismo libro pues varios
chicos solían encapricharse con el mismo título a la vez.

También colaboraron con el grupo ”Los hijos de Abraham” para aumentar
la tolerancia religiosa entre los alumnos. Algunos de estos chicos
procedían de áreas con fuerte tensiones religiosas y reclaman en voz
alta respeto por su propia religión sin estar preparados a tolerar la
religión de otros alumnos. Todo esto se realizó en sueco. Las maestras
tuvieron cuidado en hablar lentamente y articular bien y, además,
confeccionaron muchas imágenes para ilustrar visualmente las
explicaciones.

Una de las maestras resume los logros del proyecto diciendo que los
libros y experiencias del aula han brindado a los alumnos una base
cultural para la convivencia. Antes del proyecto, los chicos no tenían
casi nada en común, ni lengua ni contenidos culturales. Ahora han visto
ejemplos de cómo resolver conflictos y de cómo colaborar y apenas hay
tensiones entre ellos en un ambiente que suele ser conflictivo.

Entre los alumnos no se presentaron problemas de conducta ni tampoco
dificultades de aprendizaje o dislexia. No necesitaron la intervención
de especialistas ”de apoyo”. Se sabe que los niños que empiezan a leer
temprano suelen convertirse en buenos lectores, y por eso el comienzo
de estos alumnos es prometedor.

Para resumir, los logros incluyen el éxito escolar, la identificación
positiva con la escuela sueca y con las maestras, una socialización y
un desarrollo psicosocial excelente (Alleklev-Lindvall 2000).

Sin embargo, la línea oficial de la educación en Suecia no toma en
cuenta esta experiencia. Estas maestras pertenecen a la antigua escuela
de maestras que se concentraba particularmente en la adquisición de la
lectoescritura durante los primeros años. La formación de las nuevas
maestras está actualmente en manos de tendencias psicopedagógicas que
privilegian la ”comprensión” de los problemas de los alumnos antes que
su progreso intelectual.

El éxito del proyecto de Rinkeby cuestiona el modelo oficial, muy caro
por cierto, con maestras de educación especial, psicólogos y un énfasis
en la cultura de los padres del alumno. El proyecto Rinkeby sugiere que
lo esencial es la buena preparación de las maestras y el trabajo
intensivo con los niños».

Fragmento extraído de El discurso europeo actual sobre la educación. Ejemplos de Suecia, Inglaterra y Francia (PDF), de Inger Enkvist, directora del departamento de español de la Universidad de Lund, y autora del libro La Educación en Peligro (Grupo Unisón Ediciones, Madrid, 2000).

Entrevistas a Inger Enkvist:

En La Ilustración Liberal.

Inger Enkvist y el nuevo traje
del emperador
. El Nido del Escorpión.

“Hemos ido muy lejos con la autonomía: ahora el maestro resulta un obstáculo”. De la revista argentina La Capital.