Ayer salió el suplemento del New York Times (NYT) en El País. En la página
de Ciencia y Tecnología metieron un interesante artículo de 2.125
palabras que publicó el NYT hace más de dos semanas bajo el título:
Looking for Personality in Animals, of All People. El País lo ha
titulado Igual resulta que los animales también tienen personalidad.
Queda la duda
de si es un título de prueba que se coló por error o es lo que meditaron para coronar el texto de Carl Zimmer.

Comparar el artículo
original con lo que ha quedado de él es un ejemplo de cómo se trabaja
en los periódicos españoles: el trabajo del que escribe es lo de menos; la profundidad del tema no se considera de interés; lo
mejor, a veces, es lo que se omite; y la fuente no importa nada.

Como la mayoría de los artículos de ciencia del NYT, el tema está
tratado con bastante profundidad. Hubiese merecido la pena darle la
página entera y
dejar los grillos de abajo
para otra ocasión. En la otra mitad de la página hay un par de fotos de
grillos, una de ellas de gran tamaño, acompañando un pequeño texto
titulado: Los
grillos listos viajan en manada
.

Ahí va el artículo entero. Y, en negrita, lo que omite El País:


Carl Zimmer / NYT /1marzo2005 

Un equipo de científicos holandeses intenta resolver el misterio de la
personalidad. Por ejemplo, ¿por qué algunas personas son tímidas y
otras, atrevidas? ¿Qué papeles juegan los genes  y el entorno en la
configuración de la personalidad? Y lo más misterioso de todo, ¿cómo
han evolucionado?

Los científicos trabajan en una ambiciosa serie de experimentos para
responder a estas preguntas. Estudian a miles de individuos, cómo
interactúan, comparan sus personalidades con las de sus descendientes y
analizan su ADN. Lo que puede resultar chocante es que sus sujetos tengan plumas. Científicos del Instituto de Ecología de Holanda investigan la personalidad de aves silvestres.

Hasta hace poco, la mayoría de los expertos en personalidad habría
considerado un estudio de este tipo como un estúpido antropomorfismo. «Se ve con suspicacia y menosprecio», dice Samuel Gosling, psicólogo de
la Universidad de Texas. Pero los científicos han descubierto que, en muchas especies, los
individuos se comportan de formas coherentemente distintas. Afirman que
estas diferencias cumplen con la definición científica de personalidad.

Si están en lo cierto, la personalidad humana tiene profundas raíces
evolutivas. «Es una cuestión de grado, no de diferencia», afirma Piet
Drent, del Instituto de Ecología de Holanda.


“Han ido a por lo más complejo”, dijo el dr. Sacha Dall, un biólogo evolucionista de la
Universidad de Exeter en Cornwall.

Los investigadores holandeses estudian la importancia de los genes en
la personalidad de las aves, y el efecto que personalidades diferentes
tienen en su supervivencia. Esperan poder realizar estudios paralelos en seres humanos para
ver si las mismas fuerzas que hay detrás de la evolución de la
personalidad en pájaros funcionan en nuestra propia especie.


La ciencia de la personalidad humana existe desde hace un siglo. Los
psicólogos han confiado en cuestionarios y en otros métodos de pruebas
para calcular sus dimensiones. Un método común, para los científicos,
es preguntar a los sujetos cómo se ajustan ciertos adjetivos a sí
mismos (o a las personas que conocen bien).

«Ciertos rasgos tienden a ir juntos», dice el doctor Gosling. «Nosotros
creemos que la gente que es energética también tiende a ser
habladora. No tiene por qué ser de esa forma, pero así es como suele
ser». El otro aspecto también es cierto: la gente menos energética
tiende a ser menos habladora.


Los psicólogos se han dado cuenta de que pueden agrupar estos rasgos en
sólo unas pocas medidas de personalidad. Las personas pueden ser más o menos
extrovertidas, por ejemplo, y eso significa que son sociables,
enérgicos y tienden a tener emociones positivas. Las mismas medidas se
han encontrado en todo el mundo, desde Zimbawe hasta el Ártico ruso, lo
que sugiere que son universales en humanos.


Algunos estudios han sugerido que los genes son responsables de algunas
de las diferencias entre los tipos de personalidad de la gente. Pero no
son muy concluyentes porque los científicos no pueden hacer
experimentos con humanos. «Las madres humanas no te dejan que les
cambies sus hijos al nacer, lo que sería un genial estudio para hacer»,
dice el doctor Gosling.


No ha sido hasta esta última década cuando los científicos han
investigado si los animales tienen personalidad. En un estudio
pioneron realizado a mediados de los 90, el Dr. Gosling estudió una
colonia de 34 hienas en la Universidad de California, Berkeley. «Mi
meta era simplemente decir ¿podemos medir la personalidad en animales?
No estaba claro si iba a funcionar o no», dijo.


El Dr. Gosling pidió a cuatro cuidadores de la colonia que rellenaran
cada día una versión modificada de un cuestionario humano para cada
animal.
«Resultó que concordaba con los resultados que se encuentra en humanos», dijo
el doctor Gosling. Aún más, las personalidades de las hienas
encajan con algunas de las halladas en humanos, como el carácter neurótico y la
simpatía. Desde entonces, una serie de estudios han documentado las
personalidades en animales, desde los chimpancés hasta los calamares.

Para algunos biólogos, el interrogante principal sobre estas
personalidades animales radica en por qué la selección natural conserva
una variedad tan amplia. «¿Por qué no se ha convertido en el estándar
un tipo de personalidad?», se pregunta el Dr. Drent. Si ser
extrovertido ofrece la mejores pronósticos para una hiena para
reproducirse, se debería esperar que a lo largo del tiempo, todas las
hienas llegasen a ser extrovertidas.

El doctor Drent y sus colegas esperan que su estudio en pájaros
pueda revelar algunas pistas. Están estudiando [Drent y sus colegas
estudian] un pariente europeo del paro, llamado carbonero común (Parus major).
La mayoría de los pájaros pasan toda su vida en un sólo bosque, y están
encantados de cambiarse a unas cómodas cajas nido proporcionadas por
los científicos. Como resultado, los investigadores holandeses pueden
seguir la pista de la población completa de pájaros durante años,
llevando tablas sobre su salud y su éxito reproductivo.

Los científicos también pueden
llevarse algunos pájaros al laboratorio
para medir sus personalidades o llevar a cabo experimentos de cría.
«Estos pájaros son perfectos para este tipo de estudios», dijo el
doctor Niels Dingemanse de la Universidad de Groningen, un colaborador
del Dr. Drent.


En lugar de cuestionarios, el equipo holandés prueba el comportamiento de los pájaros para medir su personalidad.

En el experimento, los científicos colocan un objeto extraño —un
bolígrafo luminoso y un muñeco de la Pantera Rosa—
en la jaula de un
pájaro. Algunos se aproximan rápidamente a él, mientras que otros se
apartan.

En otro experimento, los investigadores abren la puerta de una jaula,
permitiendo que los pájaros exploren una gran habitación en la que hay
cinco árboles artificiales. Algunos pájaros se lanzan enseguida sobre
los árboles, mientras que otros prefieren permanecer en la jaula.

En una tercera prueba, los investigadores colocan un cuenco de sabrosos
gusanos en la habitación. Cuando los pájaros aterrizan en el cuenco
para comer, los investigadores los sobresaltan elevando una placa
metálica cercana. Entonces observan cuánto tiempo tardan en volver al
cuenco.

Los experimentos revelan que los pájaros tienen personalidades
constantes que permanecen estables durante años. Los pájaros atrevidos,
como los llaman los cientificos, son rápidos a la hora de investigar
nuevos objetos y recuperarse del susto de la placa metálica.

Las aves tímidas son lentas en los tres experimentos. Las atrevidas son
también mas agresivas que las tímidas y experimentan menos estrés
cuando las manejan los científicos.

Los experimentos de cría en cautividad revelan que estos rasgos tienen
una sólida base genética. En sólo cuatro generaciones, los
investigadores pueden conseguir pájaros aún más atrevidos y otros más
tímidos. «El 50% de las variantes en personalidades aviares se debe a
diferencias genéticas», explica Kees van Oers, del Instituto Max Planck
de Ornitología
de Alemania.


El Dr. van Oers está buscando los genes responsables de estas
diferencias. Estima que hay 10 que pueden jugar un importante papel, y
ya ha localizado un fuerte candidato, conocido como DRD4.


Algunos estudios sobre la versión humana de este gen sugieren que
influye en el deseo de búsqueda de nuevas experiencias. Sin embargo,
otros
estudios han fallado cuando han intentado reproducir esta relación.
«Estamos todavía trabajando en los últimos retazos, pero suena
prometedor», dijo el Dr. van Oers.


Los genes de los rasgos atrevido y tímido se han mantenido por
selección natural. Para averiguar cómo ocurre esto, los investigadores
han descubierto cómo los pájaros con distintos rasgos se las apañan
durante años. «No estábamos seguros de qué resultados íbamos a obtener
porque nadie lo había hecho antes», dijo el dr. Dingemanse, que dirigió
esta parte del estudio.


Los investigadores descubrieron que la personalidad de los pájaros
repercute en su supervivencia y que esta repercusión varía de un año
para otro al fluctuar el suministro de alimento. «Es una historia
bastante compleja», dijo el Dr. Dingemanse.
  En años de escasez, las hembras atrevidas
tienen más posibilidades de sobrevivir que las tímidas, mientras que a
los machos tímidos les va mejor que a los atrevidos. Estos patrones se
intercambian en los años de comida abundante.

Sin embargo, a lo largo de varios años, los pájaros con personalidades
intermedias parecen tener más éxito a la hora de criar.  «A los
animales intermedios les iba mejor», dijo el Dr. Dingemanse.
Si los pájaros intermedios se adaptan mejor que los muy atrevidos o
tímidos,
Es extraño, por tanto, que todos los pájaros no sean
intermedios. Una posibilidad es que las personalidades intermedias
surjan cuando los pájaros hereden una versión “atrevida” de 
ciertos genes de un progenitor y una versión “tímida” del otro.

Dado que un pájaro tiene el 50% de posibilidades de heredar un gen del
padre o de la madre, es inevitable que algunos acaben con dos genes
“tímidos” o dos “atrevidos” y, como resultado, tengan personalidades
extremas.

Otra idea que los investigadores holandeses quieren estudiar es si la
vida social de los pájaros atrevidos y tímidos les ayuda a coexistir.


Cada año, los pájaros luchan por un territorio en el que pueden
encontrar alimento y criar. Los pajaros atrevidos son más agresivos que
los tímidos, y eso a veces ayuda a ganar el territorio. Pero los
científicos han encontrado que cuando los pájaros atrevidos pierden,
les cuesta más recuperarse. Acaban en el nivel más bajo de la jerarquía, y
en muchos casos simplemente se marchan. «Van a otros lugares a tratar
de ser el número uno», dijo el Dr. Drent.


Esta lucha puede equilibrar los pájaros entre personalidades atrevida y
tímida. Si hay muchos pájaros tímidos, los pocos atrevidos suben a
lo  más alto. Pero si hay muchos atrevidos, lucharán mucho, y
eso provocará que muchos pájaros se marchen. En estos casos, los
pocos pájaros tímidos prosperarán. «De manera que una de las
personalidades no puede desaparecer del todo», dice el Dr. Drent.
Él y sus colegas van a probar su hipótesis alterando el ratio de pájaros atrevidos y tímidos en el estado salvaje.


Muchos de estos hallazgos se encuentran en el número de febrero del Neuroscience y Biobehavioral Reviews.


Los científicos que estudian la personalidad animal esperan que su
trabajo traerá algunos beneficios prácticos. El Dr. Gosling y sus
estudiantes, por ejemplo, han estado centrando gran parte de su trabajo
en el estudio de la personalidad de los perros.


Una prueba precísa de la personalidad de los perros podría ayudar a las
protectoras de animales a combinar las mascotas con las familias.
También podría ayudar a identificar perros que están especialmente
indicados para trabajos como detectar explosivos.


Los estudios de la personalidad animal podrían además aclarar la
personalidad humana. Los investigadores holandeses están ahora
empezando a comparar su investigación en pájaros con la investigación
realizada con niños.


«Fue increíble ver cómo la forma en la que midieron el atrevimiento en
los pájaros se parece a las pruebas que tenemos para los niños
pequeños», dijo el Dr. Marcel van Aken, un psicólogo de la Universidad
de Utrecht
. Él y los investigadores de aves van a medir la
personalidad de los pájaros y de los humanos con una serie común de
pruebas, esperando encontrar pistas de la evolución de la personalidad
humana.

La poca investigación existente sobre la evolución de la personalidad humana hace pensar que hay paralelismos con las aves.

En un sondeo de 545 personas, Daniel Nettle de la Universidad de
NewCastle
, Inglaterra, descubrió que cuanto más extrovertidas, más
parejas sexuales tenían. Lo que podía haberles aportado una ventaja
evolutiva, pero Nettle también descubrió que tenían más posibilidades
de acabar en el hospital.


El Dr. Nettle ha entregado sus hallazgos para ser publicados en Evolution y Human Behavior.

Algunos expertos en personalidad humana se muestran escépticos. El Dr.
Daniel Cervone de la Universidad de Illinois de Chicago considera que
describir animales con términos como extroversión es “extremadamente
arriesgado”. La palabra significa inevitablemente algo distinto cuando
se aplica a un pájaro o a un humano.
«Hay un montón de cualidades humanas que simplemente no estarían entrando en el primer puesto de las clasificaciones», dice. Marcel van Aken, psicólogo de la Universidad de Utrecht, dice que
el antropomorfismo es peligroso, pero cree que evitable. «Hay que
definir qué es lo que se va a medir y, después, que hablen los datos».


La investigación sobre la personalidad viene muy a cuento por aquello que decíamos de la gente sensible.