El siguiente artículo fue publicado en Actualidad Económica
el 13 de septiembre de 2002, pero merece la pena añadirlo aquí. Hay que
tener en cuenta que hay cosas en el texto que ya han pasado a la
historia —como el gobierno del PP o los precios de las cámaras para las
guarderías— pero la información básica sigue siendo la misma. Ahí va:

Así se monta una guardería de éxito

Que
pueda tener hijos todo aquél que lo desee. Un derecho que parecen
haberse marcado como prioritario el Gobierno central y la mayor parte
de los autonómicos, siguiendo las recomendaciones de la UE, lo que abre
grandes oportunidades de negocio a los centros de educación infantil.
De hecho, es la actividad que encabeza el ránking de los diez mejores
nichos de negocio elaborado recientemente por Actualidad Económica -ver
número 2.307- y que durante los próximos meses se analizarán por
separado y en profundidad.

El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, acaba de anunciar que “en
breve” promocionará, mediante subvenciones e incentivos por determinar,
la creación de guarderías de empresas, prácticamente inexistentes en
España. Zaplana también se ha comprometido a extender la bonificación
total de la cuota de la Seguridad Social a las mujeres que hayan sido
madres durante el año posterior a su reincorporación al mercado laboral
y a reformar la ley de familias numerosas. Estas medidas se unen a la
reforma del IRPF, que entrará en vigor en 2003, que ya recoge ventajas
fiscales para las mujeres trabajadoras, como el aumento de las
deducciones por el cuidado de menores.

La conjunción de diversos factores hace que soplen vientos
favorables para las guarderías. Un incremento, aunque todavía moderado,
de la natalidad, que en 2000 cambió la tendencia decreciente que
mantenía desde 1975, impulsada, en parte, por la inmigración; el apoyo
más decidido de las distintas administraciones al fomento de la
natalidad y a la escolarización de los menores de tres años, mediante
subvenciones a la creación de guarderías y becas para las familias con
menos recursos; pero, sobre todo, la imparable incorporación de la
mujer al mercado laboral, el incremento de la capacidad de consumo de
las familias españolas y la generalización de la opinión de que para el
óptimo desarrollo del niño conviene que se relacione con otros niños lo
antes posible, en torno al año de edad, hacen que el cuidado de la
infancia se presente como uno de los negocios con más posibilidades de
éxito en un futuro inmediato.

La mejor ubicación

Pero, como todo negocio, montar una guardería requiere estudiar
seriamente dónde y cómo llevar adelante la iniciativa. La demanda de
guarderías está creciendo de forma más masiva en las autonomías donde
con mayor fuerza se están dando estas tendencias sociales y económicas.
Las mejores ubicaciones para montar actualmente un centro de educación
infantil son Madrid, Cataluña, Baleares, Navarra, Comunidad Valenciana,
La Rioja y Aragón, según el citado análisis de AE.

Ejemplo de la mayor implicación de los gobiernos autonómicos en la
educación de los menores de tres años es, entre otros, que la Comunidad
de Madrid financiará por vez primera este curso la escolarización de
4.500 menores de tres años en centros privados con becas de noventa a
150 euros mensuales por niño, para las familias de menor renta.

Madrid sigue con este programa, para el que ha destinado seis
millones de euros, el camino trazado con anterioridad por otras
administraciones, como la Generalitat de Cataluña o el Ayuntamiento de
Valencia.

A estas ayudas a los padres se une la mayor financiación de la
administración local y autonómica a la construcción de guarderías de
cero a tres años, “una vez se empieza a considerar cubierta la
educación concertada a partir de esa edad”, apunta Juan Sánchez
Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores
Infantiles. Madrid ha impulsado este curso la creación de 4.224 nuevas
plazas, mientras que la Generalitat incorporó 6.000 plazas el último
curso. En el caso de la oferta pública, aproximadamente el 20% de las
4.000 guarderías que existen en España, se está imponiendo la tendencia
a que la Administración ceda la gestión a una empresa privada que, por
lo general, obtiene un rendimiento cercano al 30%, “pese a que suelen
declarar pérdidas para conseguir cada año incrementos en el margen”,
afirma Sánchez Muliterno.

Además, sólo una décima parte de los hogares utiliza las guarderías,
por lo que existe un amplio margen de crecimiento en un sector en el
que, por otra parte, no se ha introducido todavía ninguna gran empresa
y que no requiere de cuantiosas inversiones, por lo que es de fácil
acceso. Mª Ángeles Ribero, por ejemplo, apenas invirtió 42.070 euros en
el traspaso hace un año de la guardería Tood y Tedy,
de 1.000 m2 en Pozuelo de Alarcón (Madrid). El material necesario para
equipar un centro requiere una inversión de unos 6.000 euros, mientras
que el coste del local varía enormemente en función de la ubicación,
teniendo en cuenta que se necesita un edificio independiente de al
menos 200 m2, que incluya un patio exclusivo.

Estas exigencias legales son de difícil cumplimiento en zonas
urbanas, lo que explica la existencia irregular de muchas guarderías.
Sin embargo, éstas no suponen una competencia desleal, según Muliterno,
porque “respetan precio y parámetros de calidad”. Pero, en caso de no
disponer de las instalaciones necesarias, el presidente de la
Asociación Mundial de Educadores Infantiles recomienda esperar hasta la
aprobación, en aproximadamente un año, de la Ley de Calidad en la
Enseñanza, que acaba de iniciar el trámite parlamentario y debe
reglamentarse por las comunidades autónomas, ya que “se espera que esta
ley derogue estos restrictivos requisitos en cuanto a las instalaciones
que aprobó el gobierno socialista pensando en guarderías públicas”.

En cualquier caso, es recomendable situar la guardería en zonas
dormitorio, sobre todo, de las principales ciudades que no estén
deprimidas económicamente, ya que, según los expertos, es donde se
concentra un gran volumen de población adulta con necesidad de trabajar
ambos miembros de la pareja ante la presión de pagar la hipoteca.

Eso sí, tampoco se pueden esperar grandes beneficios, a menos que se
realicen importantes desembolsos para crear una red con numerosas
plazas. Por lo general, se alcanza una rentabilidad en torno al 25%
sobre unos ingresos anuales de unos 265.000 euros. Aunque, obviamente,
va en función de las plazas. Con una media de unos treinta niños, el Jardín de Infancia Sulama, ingresa anualmente unos 132.000 euros.

La estrategia a seguir

En sectores de fuerte crecimiento también se suelen producir
fracasos y las guarderías no son una excepción. Es necesario tener muy
clara la estrategia a seguir para acceder a un mercado que no admite
ningún error. Al trabajar con los más pequeños, se trata de una actividad extremadamente sensible, en la que la mejor vía de márketing son las recomendaciones de los padres.

El primer consejo que dan los expertos del sector, en caso de que el
negocio sea también un autoempleo, es que el emprendedor tenga
experiencia previa de al menos varios años como educador de bebés.
“Sólo apreciando la realización personal que supone este negocio se
puede aprender de los niños y ofrecer un servicio de calidad”, asegura
Laly Paredes, propietaria de Sulama.

Los padres llevan a su hijo a la guardería, en primer lugar, por la
necesidad asistencial. Lo primero que evalúan es que los horarios sean
flexibles y amplios y que se disponga de buenas instalaciones, con
aulas espaciosas y luminosas y un patio lo más en contacto posible con
un entorno natural, con árboles, una pequeña granja escuela y piscina.

Otro aspecto que cada vez tienen más en cuenta los padres es el
programa educativo del centro: psicomotricidad, inglés, música,
deporte, danza, plástica, teatro, excursiones, natación, manualidades…

“Ofrecer la posibilidad de que los niños jueguen en un entorno
natural es una gran ventaja”, asegura Pilar Soto, copropietaria junto
con Pilar López, de Disney’s Playschool,
una guardería situada en una urbanización a las afueras de Valencia que
cuenta con un patio de 1.300 m2 con piscina, muchos árboles y una
granja con patos, conejos y gallinas. Además, aprovechan este entorno
para que los niños aprendan jugando el primer vocabulario tanto en
castellano como en inglés: el nombre de los animales, colores,
números…

Paloma Mena, una educadora del centro infantil 5 Estrellas
de Madrid, desarrolló un método propio de enseñanza de solfeo adaptado
a niños a partir de un año, reconocido por la Sociedad General de
Autores de España. “Con él conseguimos mejorar la psicomotricidad del
niño, ya que coordina manualidad, visualidad y especializa el oído
aprendiendo a apreciar el ritmo y la melodía y a interpretar la música,
lo que sirve como preparatorio para leer y escribir”, explica la
propietaria, Mercedes López. Las guarderías han dejado de guardar.
Ahora, educan. Y esto es algo a tener muy en cuenta por el futuro
gestor de este negocio.

Un servicio muy apreciado por los padres, y que puede convertirse en
una interesante fuente de ingresos complementaria, es abrir la
guardería antes que los colegios del entorno, sobre las siete de la
mañana, y llevarlos cuando empiecen el colegio y hacer lo propio cuando
el cole cierra. También conviene ofrecer clases extraescolares y cursos
de verano a niños de hasta seis años siempre que los colegios de la
zona no cubran esta necesidad.

Ganar la confianza de los padres

Las mejores instalaciones, servicios y programas educativos no
tienen valor alguno si no se consigue la confianza de los padres. Para
ello, la clave es ofrecer un trato individualizado, con exhaustivos
informes diarios del comportamiento del niño y ser absolutamente
transparente. Que los padres puedan, en cualquier momento y sin avisar,
visitar cualquier dependencia del centro. Además, “hay que ser honestos
y ser capaces de explicarles cualquier problema que le haya podido
suceder a su hijo y demostrarles que somos capaces de afrontarlo y
resolverlo profesionalmente”, apunta Mercedes López.

En aras de la transparencia absoluta, existen productos específicos en el mercado, como BabyNET o Guardinet
, que permiten a través de Internet que los padres vean en cualquier
momento y en tiempo real qué hacen sus hijos durante el día.

La guardería decide el número de cámaras que desea, dónde
instalarlas y si limita el horario en que los padres pueden entrar
gratuitamente en el portal correspondiente y ver la guardería de su
hijo. El coste depende del número de cámaras. Instalar una cámara, por
ejemplo con Guardinet, supone un coste de 1.052 euros, más 216 euros
anuales de mantenimiento, e incluye el diseño de una página web.

Sin embargo, la tecnología no sustituye el trato humano. Laly
Paredes se gana la confianza de los padres planificando la acogida de
cada niño de forma individual. En la guardería Sulama el curso no
empieza en septiembre. Entre abril y junio, Paredes organiza la acogida
uno a uno de los pequeños, que empezarán después del verano, de forma
que van familiarizándose paulatinamente con los educadores del centro.
Incluso organiza reuniones con los padres fuera de la guardería para
que los niños la relacionen con la familia. Además, este proceso no
supone ningún coste para los padres. “Es la mejor forma para que el
niño se adapte bien en septiembre y para que los padres confíen en mí y
no sientan culpabilidad por dejar a su hijo tan pequeño en la guardería
y le transmitan un mensaje positivo cuando se venga con Laly”, explica
la propietaria de Sulama.

Siguiendo cada uno de estos pasos, no cabe duda de que montar un
centro de educación infantil es uno de los negocios con mayores
expectativas de éxito.

LAS 10 CLAVES

1. Situar la guardería en zonas dormitorio, sobre todo, de las
principales ciudades, que no estén económicamente deprimidas. Es donde
se concentra el mayor volumen de población adulta con necesidad de
trabajar ambos miembros de la pareja.

2. Disponer de varios años de experiencia como educador infantil en caso de tratarse de autoempleo.

3. Horarios amplios y flexibles.

4. Planificar los horarios del personal de forma que entren y salgan a horas diferentes.

5. Buenas instalaciones.

6. Establecer un ambicioso programa educativo con objetivos claros y actividades variadas.

7. Ganar la confianza de los padres ofreciendo un trato
individualizado, exhaustiva información diaria sobre el niño y una
transparencia absoluta. Para ello, es interesante instalar cámaras que
permitan vía Internet que los padres vean qué hace su hijo en la
guardería.

8. Motivar al personal que atiende directamente a los niños,
contratando a más auxiliares que el mínimo exigido por ley y
cediéndoles responsabilidad para que se impliquen en el proyecto.

9. Abrir la guardería antes que los colegios del entorno y cerrarla
después para llevar y traer a los niños cuando empiecen y acaben su
horario escolar. Realizar actividades extraescolares y escuelas de
verano si los colegios de la zona no cubren esta necesidad.

10. En caso de no disponer de las instalaciones exigidas, es
conveniente esperar hasta la aprobación de la Ley de Calidad en la
Enseñanza, que se espera que rebaje los requisitos mínimos en cuanto a
m2.