El Periódico de Catalunya
/ Los principales indicadores de la salud maternoinfantil de Catalunya
han empeorado de forma significativa en el último decenio. Entre 1993 y
el 2003, se multiplicaron por dos los embarazos iniciados por
adolescentes; aumentaron en un 80% las gestaciones de mujeres mayores
de 35 años, y un 33% de los bebés registraron un peso excesivamente
bajo al nacer, indica un informe que ayer difundió la Conselleria de
Salut, que atribuye esos fenómenos a cambios culturales, económicos y
tecnológicos ocurridos en dicho periodo.
En el 2003, iniciaron una gestación 9,8 de cada 1.000 chicas de 14 a
17 años –1.232 en total–, de las que un 63% interrumpieron el proceso
de forma voluntaria. Esa cifra es un 139% más alta que la registrada en
1993. La consellera Marina Geli se mostró confiada en que las campañas
de educación sexual y la promoción del uso del preservativo emprendidas
el año pasado hayan frenado el constante aumento en la cifra de
embarazos de adolescentes, aunque no disponía de datos.
Geli puntualizó que algunos de esos embarazos los emprendieron
mujeres inmigrantes procedentes de países en los que es culturalmente
normal ser madre a los 15 años. “Eso supone que no todos los embarazos
de adolescentes son involuntarios –añadió–. Creo que cada mujer debe
ser libre de escoger la edad a la que tiene sus hijos”.
Con ese mismo argumento, la consellera destacó el sensible aumento
del número de mujeres que son madres pasados los 34 años, una tendencia
que atribuyó a la actual incompatibilidad entre tener hijos y
desarrollar una vida profesional normalizada. “Hemos de conseguir que
las mujeres puedan ser madres a la edad que desearían, lo que ahora no
sucede –dijo–. Nos consta que la mayoría de catalanas querrían tener
sus hijos antes de los 35 años”.
Ese retraso en la edad materna, unido a los avances en el
diagnóstico y tratamiento de enfermedades fetales, explican, entre
otros factores, que hayan aumentado en un 33%, desde 1993, los
nacimientos de bebés de un extremado bajo peso. “Ahora se salva la vida
a niños que llegan pesando apenas 500 gramos”, afirmó Antoni Plasència,
director general de Salut Pública. En este fenómeno influye también el
hecho de que ahora nacen más niños conseguidos con técnicas de
reproducción asistida, cuya gestación no siempre dura nueve meses, y la
creciente cifra de fumadoras, ya que el tabaco altera el peso del feto.
Una consecuencia de todos estos cambios ha sido la saturación de los
hospitales del centro de Barcelona altamente especializados en la salud
maternoinfantil. El Hospital de Vall d’Hebron, el de Sant Joan de Déu y
el Clínic han incorporado incubadoras a medida que se iba multiplicando
la cifra de mujeres con embarazos de riesgo, que les fueron derivadas
desde el resto de centros sanitarios de Catalunya.
Salut se ha propuesto reconducir esa situación y conseguir a corto
plazo que los 42 hospitales maternoinfantiles repartidos por todo el
territorio sean operativos ante cualquier gestación complicada.
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