Acabo de leer algo que ya sabía pero que he podido constatar en los
últimos meses: «El sueño es esencial para la salud y el desarrollo del
niño. El sueño
promueve el sentirse alerta, tener buena memoria y comportarse mejor.
Los niños que duermen lo suficiente funcionan mejor y son menos
propensos a problemas de comportamiento e irritabilidad. Por eso es
importante que los padres ayuden a sus niños a desarrollar buenos
hábitos de dormir desde una edad temprana.»
¿Sólo a los padres?, me pregunto. Antes de empezar el colegio, Ana
dormía cada día una siesta de una o dos horas. Era una niña feliz,
alegre y muy despierta, nunca mejor dicho. Ahora, con ese absurdo
horario de 9 a 12:30 y de 15:00 a 16:30, ha tenido que reprimir a la
fuerza esa necesidad fisiológica de los niños y se ha convertido en una especie de Jekyll y Hyde que rompe el corazón.
A medio día, sale cansada de la escuela. El tiempo que dan es demasiado
para comer y muy poco para comer y dormir una siesta. A las cuatro y
media, cuando sale, está agotada, sin pilas. Aunque, sus compañeros
salen peor, porque la mayoría se queda a comer en el cole y pasa todo
el rato jugando y corriendo hasta las tres. Yo había leído que existían
escuelas infantiles donde los pequeños dormían con suave música después
de comer.
Muchas veces se hace muy duro esperar hasta la hora de dormir. Se cumple todo lo que dice en el párrafo citado
más arriba: falta de memoria y de atención, irritabilidad, … En
resumen, de lunes a viernes, la esencia de Ana se pierde en esa injusta
nebulosa escolar. Durante el fin de semana, vuelve a ser ella otra vez.
Me pregunto quién ha diseñado esos horarios. Quizás alguien que tiene
ni idea de lo que necesita un niño.
Los antiguos romanos utilizaban “Tormentum Vigiliae” para extraer información de sus enemigos, y en la Edad Media se aplicaba la “Tortura Insomniae” con objetivos varios. Más recientemente: “The Pentagon has denied torturing Iraqi prisoners, but it has admitted using sleep deprivation and playing loud rock music to break prisoners’ resistance”, según la BBC.
Curiosamente, la Convención sobre los Derechos del Niño, artÃculo 27, dice:
3. Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con arreglo a sus medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas responsables por el niño a dar efectividad a este derecho [desarrollo fÃsico, mental, espiritual, moral y social] y, en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de apoyo, particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda.
¿Por qué habla de vivienda en general, y no de un descanso digno y suficiente? Pobres crÃos.
Soy nuevo en este blog, que me parece bastante interesante. Por eso, no sé qué tiempo tiene Ana. Yo vivà la experiencia de llevar a mis hijas al colegio el año pasado. TenÃan tres años. Por suerte, el colegio tenÃa la sana polÃtica de permitir no llevar a los crÃos por la tarde, de manera que podÃan dormir su reparadora siesta. Los padres que no podÃan quedarse con los niños en casa (o no podÃan dejarlos en casa de los abuelos, como sà podÃa yo), los llevaban al colegio, pero allà se dedicaban a la “relajación”, esto es, a dormir la siesta.
En Infantil 4 años (este curso), ya no hay siesta por la tarde, pero las niñas no parecen necesitarla. Se les quitó la costumbre en el verano, de manera que el horario escolar no les ha supuesto mayor problema. A ver si pasa lo mismo con Ana.
Bienvenido, Wonka.
Ana tiene tres años y medio. Este es su primer año de colegio. Después de dudar entre la escuela rural, la musical, la privada, o, directamente, escuela en casa, ha acabado en una pública bastante surrealista. Cuento algunas anécdotas que acaban en el cajón de Infantil-3 años. La búsqueda de un colegio donde impere la sensatez está siendo una odisea.
En el colegio de Ana también permiten no llevarlos por la tarde, pero casi hacen chantaje emocional para que vayan y suelen dejar (dicen) las actividades más interesantes para esa hora y media por la tarde.
Felicidades por tu blog. Yo ya te habÃa visitado.
Si ponen las actividades más interesantes a esa hora, Ana no querrá perdérselas de ninguna manera, ¿no?
¿Qué tal una pequeña dosis de cafeÃna en lugar de la relajación para después de comer? Asà les vamos enseñando a ser mayores…
En una guarderÃa que conocà en Inglaterra, no sólo tenÃan siesta: tambÃen les daban un vaso de leche y un trozo de manzana.
Normalmente a partir de tres años las escuelas no ofrecen a los niños la posibilidad de hacer la siesta, pese a que los niños de esta edad deberÃan de dormir alrededor de una hora y media de siesta, Feber,1985. De esta manera se ahorran el tener que habilitar una sala para este uso, tarea complicada en aulas tradicionales con 25 pupitres y sus respectivas sillas.
Yo no creo que la siesta debiera de ser obligatoria en tres años, ya que hay niños que ni siquiera en dos la necesitan, pero deberÃan de ofrecerla. Además pienso que cunado los niños se quedan en el colegio a comer, cuando terminan no deberÃan de dejarles salir al patio a correr, sino llevarlos al aula, bajar un poco las persianas, poner música tranquila, sentarse o tumbarse en la alfombra, ver cuentos, darse masajes, cariciasÂ…
El problema es que los padres piensan que cuando acuestan a su hijo a las 9 de la noche y este no quiere dormir, o le cuesta conciliar el sueño, es porque no está cansado, asà que lo dejan hasta las 10, las 11Â… provocando que al dÃa siguiente, debido al cansancio el niño esté más activo e irritable y cuando vuelva a ser la hora de irse a la cama, sea tal el cansancio, que ése estado le imposibilite conciliar el sueño, creándose de esta manera un cÃrculo que los padres entienden como la falta de necesidad de sus hijos de dormir muchas horas, llegando a aceptar como normal la irritabilidad y falta de atención de su hijo.