En las sociedades occidentales, lo que se considera más normal es
que los niños pequeños duerman solos. Algunos médicos incluso se han
hecho ricos recomendando una técnica que consiste en dejarles solos
llorando hasta que se queden dormidos. Sin embargo, no parece haber
ninguna ventaja para su salud ni  para su desarrollo en ese sueño
solitario. De hecho, hay estudios que demuestran todo lo contrario.
Investigadores de todo el mundo han desvelado que los niños que
comparten el sueño son más independientes, más desenvueltos y tienen
más confianza en sí mismos. Cuando llegan a ser adultos, tienen mayor
autoestima,  controlan mejor las situaciones de estrés, y se
sienten más cómodos en situaciones de intimidad que los adultos que
durmieron solos cuando eran pequeñitos. / Fuente: Baby Center