Los Simpson, que se emiten
en horario de protección infantil, son vistos por unos 300.000 niños de
entre 4 y 12 años, pero, según dice hoy el diario Qué, ninguno de ellos los entiende. La psicóloga infantil Mª Luisa Ferrerós 
asegura que esta serie de dibujos animados «tiene una ironía que no
llegamos a captar hasta los once años»  y que los niños que lo ven
«se ríen cuando lo hacen los que le acompañan». Sin embargo, hace unos
años se hizo un estudio
en la Universidad de Trieste, Italia, en el que participaron 2.000
niños de entre ocho y diez años. La conclusión fue que los niños
italianos quieren tener una familia como la de la serie. Piensan que
Homer es el padre perfecto y que la familia Simpson es una familia a
imitar por ser «la más divertida y simpática de la televisión».

No obstante, según Francesco Pira,
uno de los responsables del estudio, los niños encuestados reconocieron
que Los Simpson son «violentos y poco instructivos». Pira cree
que los niños pasan tanto rato delante de la tele que estos personajes
son ya parte de su propia familia «y la identificación surge de manera
espontánea».

Para quien no haya visto nunca la serie, si existe esa persona, Homer Simpson es el padre de
familia; trabaja en una central nuclear; es maleducado, y su principal
interés es comer y beber. La madre es una mujer de escasa cultura, muy
protectora. Y los niños son: Bart (el mayor), que es muy travieso; Lisa
(la pequeña), muy reservada e inteligente; y el bebé, Maggie, que se
pasa las horas frente al televisor con un chupete en la boca.