«Llevo 30 años en Europa y a veces, dando un paseo, escucho el ruido
de una bofetada que le da un padre a su hijo. Nadie protesta. La gente
cree que puede hacer lo que quiera con los niños. Una sociedad en la
que hay más movilización que nunca por los derechos de los animales y
se continúa pegando a los niños tiene un problema.» Esto es parte de
una entrevista al brasileño Sergio Pinheiro, un hombre de 61 años (en
la foto) al que la ONU ha encargado un estudio sobre la violencia
infantil en el mundo. Se puede leer en El País.
El informe empezó a elaborarse en el año 2003 y se presentará en 2006.
Pinheiro coordina el trabajo, en el que participan la Unicef, el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
De los datos recopilados hasta ahora, «la primera sorpresa es que
los países no están negando que tienen problemas de violencia contra
los niños. Generalmente tratan de disfrazarla.», dice Pinheiro. «Otro
de los hallazgos es que en Europa y en los países occidentales
continúan las prácticas típicas de países del Sur, como el castigo
corporal. Por ejemplo, en Europa, el riesgo de homicidio es tres veces
mayor en bebés de uno a cuatro años que en niños mayores.»
Pinheiro cree que este estudio servirá para proponer una prohibición
universal del castigo corporal. En España, no hay ninguna ley que
prohíba explícitamente pegar a los niños. Sólo hay una que prohíbe la violencia habitual, según comentó Nicolau en este blog. En Suecia, al contrario,
existe una desde 1979. Fue el primer país europeo que la creó, y, según
Pinheiro, ha dado resultados magníficos.
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