El auténtico Howard Spitz
(1998) es una comedia que trata de un escritor de
novelas policíacas, mediocre y zafio, que acaba triunfando con la literatura infantil.
Crea un personaje —una vaca detective— que se convierte en un
aplastante éxito. Una niña de siete años, ávida lectora, le ayuda desde
el principio a perfilar el personaje y las historias a cambio de que
Howard le eche una mano para encontrar a su padre. Pero el mayor
problema de Howard es que odia a los niños hasta tal punto que contrata
a un actor para que acuda a los actos y entrevistas y se haga pasar
por él. A destacar, las escenas en la sección infantil de la
biblioteca, donde Howard descubre que los cuentos que más tirada tienen
en ese momento no tienen más de 200 palabras.