¿Veraneáis en algún lugar donde las avispas son una pesadilla
recurrente? Pues aquí va un método sorprendente para atraparlas de cien
en cien. Lo descubrimos por casualidad después de haber probado
todos los aerosoles y demás productos que se venden para ese fin pero
que son tan caros como inútiles. Existe también toda una gama de
absurdos remedios caseros que recopila JL en su página dedicada a las avispas en salmorejo.com.
Puedo añadir otro de esos consejos a la lista: el técnico de medio
ambiente de este pueblo nos dijo que les pusiéramos un plato de
berberechos (sí, sí, a las avispas).
Nuestro descubrimiento se reduce a agua con jabón. Una calurosa
noche, estaba Ana bañándose en una piscinilla roja y echamos un poco de
gel con extracto de romero. La piscina se quedó allí, rebosando de agua
jabonosa. Al día siguiente, a medio día, contemplamos boquiabiertos que
había más de 100, muchas
más de las que habían caído en las trampas compradas en los
últimos cuatro años.
Anoche colocamos la piscina sólo con agua. Se nos olvidó el gel.
Hoy, a las dos de la tarde, no había caído ninguna. Echamos un poco de
HidroGenesse (el gel) y vimos cómo acudían decenas de ellas a la
piscina, atraídas por el
perfume. Cinco cayeron al agua inmediatamente, como en caída libre. Dos
horas más tarde, habían caído 110. Me entretuve en contarlas. La
tensión superficial debilitada por el jabón y el perfume hacen
estragos. El perfume las atrae y la tensión superficial las hunde.
Pierden su capacidad de posarse sobre el agua y salir airosamente de
ella.
Y, puestos a hablar de gel atrapa-avispas, hay multitud de productos
conocidos que sirven para cosas distintas de para las que fueron
diseñados. La Coca-Cola para las manchas, la tiza para las
hormigas, … Joey Green
se ha hecho famoso en Estados Unidos escribiendo libros
y apareciendo en la radio y en la televisión en espacios especiales para hablar de este tema.
El descubrimiento tiene su mérito, como otros tantos derivados de la casualidad, enhorabuena.
Cuando era niño recuerdo haber luchado contra ellas parapetado tras mi padre que enarbolaba una vara metálica de varios metros con una punta de algún tipo de tela envuelta en llamas. Todo esto para atacar la raÃz, su morada, al alba, como manda una vieja leyenda, cuando todavÃa están dentro.
¿Efectivo? Pues evidentemente sÃ, en la zona era más conocido que algún otro tipo de veneno, eso sÃ, de esto hace ya muchos años…
Lo que es la memoria, le das una pista y lo resto, sale sin pedirlo.
Por cierto, bonita frase para describir el sentido de este blog.
Bonito recuerdo. Puedo imaginarlo, casi de noche, un padre con una antorcha y detrás un niño asustado. Está claro que destruir los nidos es la única forma de acabar con ellas de verdad, pero el problema está en encontrarlos. Aquà debe haber cientos de ellos y la historia no acaba nunca. Salen nuevos ejércitos de avispas cada semana.
Ahora se zambullen en la piscina burbujeante, y mueren. Pero no mueren todas, ahà está el fallo. Aunque por lo menos se puede desayunar sin tener a 20 avispas rondando la mermelada!
Supongo que di bastantes pistas, no quise decir la palabra asustado, pero asà fue. Tu resumen breve y, como tal, muy bueno.
Ahora se me vienen muchos más recuerdos, siempre alegres, curioso el arte del cerebro en maquillarlo todo y tintarlo de un tono levemente rosado o bello, sobre todo cuando se distancian en el tiempo.
Cuando miras atrás casi se puede resumir todo con aquel tÃtulo “La vida es bella”.