Cada 17 de junio, Diego Goldberg y su familia posan por separado
delante de una cámara, con la misma expresión en su rostro. Las
primeras fotografías fueron de Diego y su mujer, Susy, en 1976. Después
fueron apareciendo los bebés: Nicolás en 1978,  Matías en 1979 y
Sebastián en 1984. Todos han sido fieles a la cita anual. Es como un
ritual privado, dijo Diego: «Nos fotografiamos para detener, por un
momento, la flecha del tiempo que por allí pasa». Se puede ver esta
inquietante línea de tiempo en ZoneCero, un web dedicado al arte de la fotografía.