Llevo varios días soñando con Mozart. ¿Por qué será?
En uno de los sueños, era compañero de Ana. Iban a la misma clase de
música. Su padre, en lugar de llevarle a recorrer el mundo entero
(ahora sí que lo tendría fácil) para exponerle a lo mejor de lo mejor
en el mundo de la música y para mostrarle a personas que podrían
aportarle algo, lo había apuntado a un curso de iniciación musical en un pueblo
de España.

El Ayuntamiento había olvidado por completo aquel centro, que estaba
medio en ruinas desde hacía décadas, y las maestras no tenían formación
musical de ningún tipo. Hablaban casi a gritos a los niños porque
pensaban que así las entenderían mejor, y les hacían pasar el tiempo
pintando fotocopias de instrumentos musicales o cantando canciones
aburridas en una sala desangelada y fría. Fue una mezcla de
pesadilla horrible y realidad.