Zhang Xinyan es un hombre de 35 años que fue hace poco al zoo de Pekín con sus dos hijos. Después de tomarse unas cuantas cervezas, le entraron unas irrefrenables ganas de saltar una valla para abrazar a Gu Gu, un oso panda de seis años que dormía plácidamente en su recinto. Gu Gu le mordió en una pierna. Zhang se enfadó y le dió una patada. Gu Gu le dio un mordisco en la otra pierna. Y Zhang mordió la espalda del oso. Después dijo que tenía «la piel muy gruesa».
Afortunadamente, los guardas llegaron a tiempo para separarlos y ambos están sanos y salvos. A Zhang se lo llevaron al hospital. Declaró que había visto a los osos panda en la tele y que parecían llevarse bien con la gente. «Nadie dijo que morderían a las personas. Yo sólo quería tocarlo», dijo Zhang.
En China quedan unos 3.000 osos pandas viviendo en libertad. Y hay 180 en cautividad.
No sabemos cuantos individuos como Zhang Xinyan viven en libertad y cuantos en cautividad