Este precioso bebé de 17 meses, apodado Baby P, murió en agosto, después de meses de maltrato brutal por parte de amantes y amigos de su madre, y nadie hizo nada para evitarlo.
Nadie se explica por qué los trabajadores sociales de Haringey —el distrito al norte de Londres donde vivían— contrataron a una canguro para “darle un respiro” a la madre cuatro días a la semana, en lugar de hacerse cargo del niño. La lista de brutales e inimaginables ataques es difícil de digerir. Las últimas: le rompieron siete costillas, la espalda, y le faltaba la punta de un dedo.
La canguro, Ann Walker, estuvo viendo al niño durante sus últimos cinco meses de vida, y dejó de hacerlo unos días antes de la muerte. Ha declarado que, apesar de las obvias heridas que presentaba por el cuerpo, le recordaba como a un niño muy feliz en su casa. !!?
Para lo malo estamos todos igual, que asco.
¿Cómo se puede cerrar los ojos ante algo as�
Hace años hice un curso sobre el maltrato infantil, la profesora trabajaba con familias desfavorecidas que habÃan maltratado a sus hijos. Como no les quitaban la custodia a los padres porque era algo habitual en el barrio, ella veÃa asiduamente a los niños, jugaba con ellos, les explicaba sus derechos, que no les podÃan pegar,a que “juegos” no debÃan jugar con sus padres o conocidos, que les tenÃan que hacer la comida, la merienda… Además hablaba con los padres para recordarles lo que pasarÃa si les volvÃan a poner la manos encima o si no los cuidaban como debÃan y les enseñaba a enfrentarse a sus problemas.
Recuerdo que llevaba años pidiendo un psicólogo para ayudar a los niños a minimizar sus traumas, pero… era mucho pedir. Espero que alguien la haya escuchado.