Joan Carles Ambrojo escribe en El País un interesante artículo sobre
el filicidio en España: «La pequeña Alba, de cinco años, sigue grave en
la unidad de cuidados
intensivos de pediatría de Vall d’Hebron, con un traumatismo craneal
que ha estado a punto de costarle la vida y ahora le dejará graves
secuelas. La madre y su compañero sentimental están en prisión acusados
de tentativa de asesinato. ¿Qué puede llevar a unos padres a agredir e
incluso matar a sus hijos? ¿Por qué es tan difícil prevenir la
consecuencia más trágica del maltrato infantil? ¿A qué se debe que las
madres sean las que causan más muertes infantiles? Un estudio pionero
realizado en España sobre 31 sentencias judiciales de casos de
filicidio, con 42 víctimas, concluye que el mayor riesgo de sufrir
filicidio -la muerte de niños a manos de sus progenitores biológicos o
adoptivos- se concentra en los menores de tres años, y la mayor parte
de las agresiones se producen de noche. Y algo muy inquietante: el 19%
se produce como venganza del agresor contra el cónyuge.» (El texto completo)