Supernanny debería ser un programa obligatorio para todo aquel que tenga hijos o trate con niños de entre 2 y 10 años. Lo ponen en la cuatro, los viernes a las 22:30. Tuvo mucho éxito en
otros países, como Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Holanda, ….
Ahora falta ver lo que ocurre aquí.

Cada semana, abordan a una familia típica española. Ya han mostrado
seis. Van a su casa y las graban durante dos semanas mientras la
Supernanny les da lecciones de cómo educar a los niños. Hemos visto ya
a una familia con una casa de lujo y a otra con un modesto piso
semivacío. 
A una madre soltera; una madre que se cuida, a otra que se abandonó
cuando empezó a criar a sus hijos, … Y en todos y cada uno de los
casos, se demuestra que no tenemos ni idea de cómo tratar con los niños.

El programa que más me impactó fue el de la familia
número 5. Sorprende su juventud y sus ideas sobre educación. Ella, ama de casa. Él, encofrador. Tres niños: una de cinco,
otro de dos y otro recién nacido. Opinión de cómo manejarse con los
peques: darles un buen cachete a tiempo, si no, no te haces respetar.

La madre, abandonada físicamente y derrotada, con cara constante de asco, se
pasa el día recogiendo, lavando y barriendo el más que modesto piso
semiamueblado que no parece tener ni un solo libro en la estantería.
Dice que está muy ocupada y que no puede dedicar el tiempo de limpieza
a sus hijos. Así que se pasa el día enfadada con ellos, amenazándoles con
que va volver el padre.
El padre está casi todo el día fuera, en la obra y cuando vuelve, le
hacen más caso que a la madre. Y, si no, les pega para que aprendan.

Visto el panorama, la Supernanny, enfundada en su traje chaqueta,
ofrece sus razonables normas, que consisten, por ejemplo, en que la
madre le dedique algún momento del día a escuchar a su hija y a hablar
con ella, o, simplemente a felicitarla por algo que hace bien y a darle un beso de vez en cuando, …

Rocío, que así se llama la Supernanny,
le enseña a la madre que se puede convertir el rato de recogida de
juguetes en un juego, como hacía Mary Poppins. Y los niños recogen
encantados. Pero sus consejos no parecen cuajar mucho y, en cuanto la
Supernanny se va, todo vuelve a la “normalidad”.

Rocío vuelve. Sentada frente a los padres, cual asistente social,
les trata
de aleccionar utilizando frases con demasiadas subordinadas. Parece que
el padre entiende. La madre, no tanto. Hablando sobre la pequeña
(¡cinco
años!) y sus reacciones típicas de la edad, la madre dice: «Ejjj que si
ahora dejo que me chulee así, esta cuando tenga quince me pisa». La
nanny se tiene que quedar un tiempo extra en la casa para intentarlo de nuevo.

Y al final nos quieren hacer creer que, en esa familia, algo ha cambiado. Ojalá.