«En Internet, la humillación —como todo lo demás— es pública. Carga un
video de tí mismo tocando la flauta con la nariz o bailando en ropa
interior y te verá gente desde Toledo a Turkmenistán». Esto es lo que
se leía el 26 de febrero en News.com en un artículo titulado Internet fame is cruel mistress for video dancer.
Trataba, entre otros, de Gary Brolsma: un chaval de 19 años, de Nueva
Jersey y aficionado a la videograbación. Cometió el gran error de
colgar en internet un clip
de si mismo bailando en el baño una conocida canción pop rumana,
“Dragostea Din Tei”. Gary llamó a su vídeo:
Numa Numa Dance. «Incluso en el espejo del baño, la actuación de
Brolsma solo podría describirse como seria pero nefasta».

En diciembre, el web newgrounds.com,
de vídeos y animación, hizo un enlace a la página de Brolsma y en poco
tiempo fue el foco de atención de medio mundo: Le llamaron de “Good
Morning America”, la CNN, el New York Times, … Pero dicen que el
muchacho se ha escondido en casa de sus padres, por donde deambula como
un alma en pena, desanimado, y no contesta ni al teléfono. Lo triste es
que ni sus amigos pueden comprenderle y le animan a que aproveche “el
éxito”.

Ahora,  Buenafuente
lo ha hecho famoso en España y ha convocado el concurso Pluma Pluma
Gay. A pesar de lo que pueda parecer, el programa de Andreu es lo más
civilizado que se emite en este país. Además, aunque lo pasen a media
noche, podría verlo hasta un niño de tres años.