Y hablando de los niños de Darfur
que todavía están esperando ayuda y que no parecen merecer la atención
de los medios de comunicación, tenemos hoy un caso opuesto de infancia
celebrada que abre los telediarios y es portada a cuatro columnas de todos los periódicos
y revistas, incluso antes de haber nacido. Se trata del futuro hijo de
Letizia y Felipe. ¿Qué nos pasa? ¿Alguien piensa realmente que es tan
importante que estas dos personas engendren un nuevo ser humano? ¿Alguien cree que el único motivo para reformar la
anquilosada Constitución Española sería que fuese una niña? ¿Y por qué
ni se plantean adoptar a alguno de esos niños que tanto lo necesitan?
¿Ya no sería un cuento de hadas? Llevamos siglos contando los mismos
cuentos de
príncipes y princesas a los más pequeños. Creo que ya es hora de
cambiarlos por historias contemporáneas que fomenten el espíritu
crítico.
Tienes razón es un buen momento para ver la importancia que nuestra sociedad da a cada uno. Pues yo no quiero reyes, pero uno adoptado, por lo menos serÃamos originales.
Letizia es de sangre real por “adopción”. Ya puestos a reformar la Constitución, aunque sólo sea en sus contradicciones, que no olviden equiparar también a los distintos tipos de hijo, ya sean genéticos, adoptados o implantados, dentro o fuera del matrimonio.
Me gusta. Nicolau nos puede mantener aquà al dÃa del pequeño pelayo 😀