Carla Marrero tiene 10
años y empezó a tocar el violín cuando tenía año y medio por sus padres. Ahora dice que lo toca “por hábito y
vicio”. Es hija única, pero en una entrevista que publicó ayer El País
cuentan que tiene una hermana gemela imaginaria que la acompaña a todas
partes, igual que su violín. Vive en Alcalá de Henares y estudia en el
Colegio Suizo cuando puede, ya que dedica cinco o seis horas diarias a
tocar el violín. Aquí va un pequeño fragmento de la entrevista:

P. ¿Qué maestros te han oído?

R. López Cobos, Plácido Domingo, Víktor Zukermann y Daniel Barenboim; es muy simpático, me peló un plátano.

P. ¿Qué quieres ser de mayor?

R. Voy a ser siempre lo que soy ahora, violinista.

P. ¿Se gana dinero con esto?

R. ¡No sé! Las muñecas me las regalan mis abuelas. Y pelis tengo mogollón, casi todas en alemán.

P. ¿Quieres ser famosa?

R. Quiero tocar bien el violín.

P. ¿Pero haces esto porque quieres tú o por tus padres?

R. ¡Porque quiero yo! Si no, no me levantaría de la cama y me pusiese a tocar. Tendría una perreta cada mañana…

P. ¿Lloras mucho o qué?

R. Cuando era pequeña.

P. ¿Y cómo es un día de Carla Marrero?

R. Me levanto a las ocho, leo hasta las nueve, desayuno tostada
con aceite, aunque también cereales, me ducho, me lavo los dientes y me
pongo a estudiar a las 9.30.

P. ¿Sola?

R. Sola. Leo partituras desde hace cinco años, en septiembre hará cinco justos. Y luego, las seis horas con Fatkoulin.