A diario le pregunto a Ana por el colegio. Le digo que me cuente qué
han hecho o cómo se lo ha pasado, pero normalmente se niega. Sólo
cuando parece que no le estás prestando ninguna atención, empieza a
relatar los entresijos de su vida social en preescolar. Su abanico de
amigas cambia cada día. Recuerda con exactitud cómo han ido vestidos
sus compañeros; qué llevaban para desayunar; cómo son sus mochilas;
quiénes son sus madres; …  La lástima es que todas estas
experiencias desaparecerán para siempre de su memoria dentro de unos
años. La culpable es la amnesia infantil, un término que hace
referencia a la inhabilidad de los adultos para recordar lo que nos
ocurrió antes de los cuatro años.

Un estudio realizado en el Memorial University of Newfoundland,
Canada, acaba de determinar que esa amnesia infantil hace su aparición
a la edad de 10 años. En el trabajo —publicado en la revista Memory y
realizado por la psicóloga Carole Peterson— participaron 136 niños de entre 6 y 19 años. 

No está nada claro por qué algunas experiencias entran a formar
parte de la memoria a largo plazo y otras no. Entre los seis y los
nueve años, los niños pueden recordar su pasado,
pero a los 10 entran en un sorprendente estado ‘adulto’ de recuerdos en
el que el periodo preescolar desaparece para siempre. La doctora
Peterson dice que los padres pueden ayudar a que se mantengan los
recuerdos. ¿Cómo? Hablando con los niños.

Este estudio forma parte de una amplia investigación sobre el
lenguaje y la memoria autobiográfica de los niños. Peterson lleva más
de 30 años escuchando cómo los pequeños relatan su pasado.