Toda la gente que conozco me ha hecho alguna bromita
sobre el tema o ha insinuado que las infecciones que llevan sucediendo
en la clase durante un mes no tienen nada que ver con el famoso eritema
infeccioso. Yo he
decidido no hablar
más del tema porque da pie a rocambolescas conversaciones donde cada
uno pone un poco de su cosecha y a todo el mundo le gusta jugar a
médico. A partir de ahora, me limitaré a
hablar poco y escribir más. He aquí la evidencia, clarita y por puntos.
A falta de análisis de sangre de cada niño, tenemos estos hechos. A la pediatra de Ana le bastaron menos
para explicar el panorama que hay en clase:
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El eritema infeccioso es muy frecuente en la escuela, en niños de
entre 5 y 14 años, y sobre todo en invierno y primavera. -
Es contagioso la semana antes de que aparezcan los
síntomas. Después no. -
El niño puede tardar entre 4 y 14 días en mostrar los síntomas (si es que los llega a mostrar).
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Puede pasar inadvertido. El 20% de los niños no muestra síntomas.
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Puede afectar a las articulaciones: en la clase de Ana, algunos niños se quejaron de dolor en las rodillas.
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Deja las defensas muy bajas
y se puede “pillar” cualquier otra infección si se sigue yendo al
colegio: la mayoría de la clase ha faltado por faringitis, amigdalitis,
fiebre y malestar generalizado, otitis, … Muchos de ellos no fueron
al médico y, simplemente, se quedaron en casa reposando. Otros pasaron la fiebre en clase. -
Casi toda la clase de Ana ha caído enferma en el último mes (confirmado hoy por la profesora). Sobre el 95% o 98%.
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Durante todo ese tiempo, han faltado diariamente muchos niños a clase, alrededor del 50%.
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Ana desarrolló algunos síntomas leves después de dos
semanas y media de empezar las “bajas” de sus compañeros. No tiene
contacto con otros niños de fuera del colegio. -
Es una enfermedad muy leve
en niños y no está recomendado que falten a clase, puesto que cuando se
detecta ya no es contagioso, salvo si se encuentran mal. «Cuando están en la fase de erupción,
que es cuando se puede reconocer la enfermedad, ya no son contagiosos,
por lo que no es necesario tomar ninguna medida de aislamiento, y el
niño puede hacer vida normal, incluido ir a clase», dice en el web de la Asociación
Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP). -
El eritema infeccioso podría causar problemas en las embarazadas
que nunca hayan estado expuestas al parvovirus B19, y es en ellas y en
otras personas inmunodeprimidas donde se realizan los análisis de
sangre, no en niños sanos.
Las infecciones no son
divertidas. Los colegios son un caldo de cultivo donde los más peques
se pueden pasar varias horas al día con los mocos colgando, si nadie se
los suena. El parvovirus B19 “vive” en esos mocos. Si
nos interesáramos un poco por los riesgos, podríamos hacer algo para
evitar cosas peores. Y, si hay alguna duda, los médicos están ahí para resolverlas y para dar las medidas oportunas.