«Acoso físico o psicológico entre escolares, con prepotencia y abuso de
poder. Tras esa definición técnica que los anglosajones zanjan con la
palabra bullying (matonismo) se esconde el sufrimiento de miles de
niños que asoman a la adolescencia. Un drama para los chavales que sufren
insultos, motes, aislamiento o incluso palizas, y se convierten en el
machaca de una clase que suele observar la ley del silencio frente
a los adultos. Un drama que en casos extremos puede derivar en tragedia.
Como la de Jokin, que el pasado día 21 se quitó la vida tras sufrir
palizas y vejaciones durante meses a manos de sus compañeros.
Surgido en el colegio y a veces extendido a la calle, el acoso de unos
escolares a otros afecta en su forma más leve, como el insulto, al 33,8%
de los alumnos de la educación secundaria obligatoria (ESO, etapa entre
los 12 y los 16 años que ahora cursan 1,8 millones de alumnos). En las más
graves, como la agresión física, el 4,1% de los chavales dice haberla
sufrido alguna vez. Así se recoge en el informe Violencia escolar: el
maltrato entre iguales en la ESO, publicado por el Defensor del Pueblo
en 2000 a partir de una encuesta a 3.000 escolares de ESO en centros
públicos y privados de toda España.
»
Esto es un fragmento de un artículo que publicó EL PAÍS el 04-10-2004. El resto puede leerse (y descargarse el PDF) en el web del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Castilla y León (STECYL) .
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Artículos de la Escuela de Padres del Ministerio de Educación y Ciencia: