«Mi ahijada se llama Srilatha y vive en Anantapur. La apadriné cuando
tenía 4 añitos y ya es una mujercita de 15 años a la que le gustaría
ser cantante. Srilatha pertenece a la casta de los Intocables, la casta
más oprimida y pobre del país. Aunque oficialmente el sistema de castas
está prohibido desde hace años, en la realidad, esta división, no ha
desaparecido en la sociedad. Sería como intentar prohibir aquí la
distinción entre “payos” y gitanos.
Con el dinero que le envío mensualmente, una cantidad ridícula, la
verdad, le dan dos comidas al día, dos vestidos al año, toda la
atención sanitaria que requiera y escolarización con todo el material
que necesite. Vicente Ferrer no permite hacer regalos a los los ahijados para
que no se creen diferencias entre los niños. Pero se pueden hacer
regalos al conjunto de los escolares: libretas, colores, material
escolar, mapas…
Los padrinos pueden ir a visitar a sus ahijados
cuando quieran, aunque pilla un poco lejos. También le he abierto una
libreta de ahorro a Srilatha, donde le voy ingresando una pequeña
cantidad anual (que ha de ser igual para todos los niños, no puedes
darle más a tu ahijado. Si deseas dar más, le abren una libreta a otro
niño). Con esa libreta, Srilatha, cuando termine el colegio no tendrá
que casarse si no lo desea y podrá elegir entre seguir estudiando o
abrir su propio negocio.
La Fundación da microcréditos, sobre todo a
las mujeres, que parecen más responsables desde el punto de vista
laboral y económico, para que las chicas se abran su propio negocio y
no tengan que casarse para que las mantengan, ya que sus padres no
pueden seguir alimentándolas. Me escribo con Sreelatha desde hace once
años: dos veces al año (bueno, al principio, ella sólo dibujaba y me
escribía su profesor). Tengo tres fotografías de ella desde que era una
niña flaquísima y asustada hasta hoy, que es una señorita listísima y
preciosa.
Quien quiera saber más de este hombre al que tanto y tanto admiro, puede visitar la dirección: http://www.fundacionvicenteferrer.org. No conozco a nadie que haga tanto por los niños a cambio de nada.»
(Es una contribución de Atila, un seudónimo de los muchos sino todos que se usan en este blog).