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Número Catorce.   25.11.2006

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2006: Año Internacional del Síndrome de Asperger

Con una "pizca" de autismo

Myriam López Blanco

Aunque la mayoría de la gente todavía piensa en Rain Man cuando oye la palabra autismo, no suele tener nada que ver con ese personaje. No todos los autistas son incapaces de valerse por sí mismos o de comunicarse con el mundo exterior. Ni tampoco todos los autistas pueden memorizar las Páginas Amarillas.

El espectro autista abarca desde los casos más incapacitantes hasta los de “alto funcionamiento”, donde está el desconocido síndrome de Asperger (SA). Los niños Asperger no saben hacer amigos; son algo torpes; no comprenden las normas de conducta; tienen intereses muy específicos; son muy literales en sus interpretaciones. A los ojos de sus compañeros, son pedantes, insensibles, raros, … Y son el blanco de las burlas. KINDSEIN dedica este número monográfico a explorar esta otra forma de percibir el mundo con el fin de fomentar el respeto a la neurodiversidad y a la educación individualizada.

El autismo es una alteración genética que provoca otra en el cerebro, pero no se conoce ninguna de ellas. El avance en la investigación es exasperantemente lento. En parte, se debe a que es un grupo muy heterogéneo y por ese motivo se han ido creando subgrupos más homogéneos.

El Síndrome de Asperger (SA) es uno de ellos. Y dentro de este subgrupo también hay variaciones. Los casos más "leves" probablemente pasen inadvertidos. Los casos más "graves" quizás necesiten educación especial. No hay casos incapacitantes, a menos que el niño con SA tenga la mala fortuna de toparse con un ambiente poco comprensivo, en casa o en la escuela.

Muchos de los niños con SA son inteligentes y brillantes, pero tienen una forma de percibir el mundo distinta a lo considerado "normal". «Es común ver estudiantes con Asperger en los colegios e institutos, pero no están diagnosticados o les han diagnoticado mal», ha escrito Stephen Bauer, un pediatra especializado en problemas del desarrollo. «Por eso es un asunto de gran importancia para profesores y para padres».

El SA está en la zona más “leve” del espectro autista. Hans Asperger lo describió en 1944, pero no se reconoció oficialmente en el Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM-IV) hasta 1994.

Algunos especialistas, como la doctora Uta Frith, profesora emérita de Desarrollo Cognitivo en el UCL Institute of Cognitive Neuroscience, de Londres, consideran que no debería ser un síndrome separado. Frith cree que los niños con Asperger son niños con “una pizca de autismo”.


¿Autistas o Aspergers?



La diferencia más evidente entre los autistas de alto funcionamiento y los Asperger está en la aparición de los síntomas y en la presencia o ausencia de lenguaje y retraso mental en la primera infancia. En los autistas, los síntomas aparecen antes y son más graves.

«En edades posteriores, algunas personas con autismo se ponen al día en su desarrollo lingüístico y como adultos son indistinguibles de las personas con Síndrome de Asperger», dijo a KINDSEIN la doctora Frith. “Esta es la razón principal por la que los médicos e investigadores encuentran difícil pensar sobre el autismo y el Síndrome de Asperger como categorías completamente separadas».

La otra razón, según Frith, es que «en los casos raros en los que hay más de un niño afectado en la familia, con el presente criterio de diagnóstico uno puede tener autismo y otro síndrome de Asperger. Y, sin embargo, ambos tienen los mismos riesgos genéticos, presumiblemente».


Varios diagnósticos para un solo caso



«Es muy probable que haya niños muy parecidos que hayan sido diagnosticados de forma distinta, dependiendo de quién y dónde les hayan evaluado», escribe Stephen Bauer.

En España, se cree que hay unos 300.000 casos de SA (7 de cada mil). Sólo el 1% está diagnosticado y afecta más a los varones (8 por cada mujer)). «No hay prueba específica alguna que asegure el diagnóstico, por lo que es subjetivo por parte de cada profesional. Normalmente, en los casos claros hay coincidencia entre profesionales, pero no es raro tener varios diagnósticos para un solo caso», dice Rogelio Martínez, presidente de la Federación Asperger España y padre de un niño Asperger.

Por otro lado, según explica Frith, el espectro autista ha crecido tanto que incluye «los casos atípicos, los casos residuales, y los casos en los que sólo se cumplen uno o dos de los criterios de diagnóstico pero no lo demás».

La relativa novedad es otro factor añadido a la confusión. Según Martínez, el desconocimiento general del síndrome explica los diagnósticos alternativos: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA), Trastorno obsesivo compulsivo (TOC), síndrome de Tourette, psicosis, etcétera.


¿Cómo son los Asperger?



Las personas con AS tienen inteligencia normal o, en ocasiones, superior a la media y la memoria suele estar muy desarrollada. Hay niños, por ejemplo, capaces de memorizar guiones de películas a los tres o cuatro años.

Aunque puede haber muchas diferencias entre ellos, comparten esta tres características comunes:

1. Intereses o aficiones que pueden llegar a ser obsesivas
2. Dificultades para relacionarse con los demás
3. Problemas para comunicarse verbal y no verbalmente


1. Intereses de los “pequeños profesores”.

«A menudo, cuando empiezan a ir al colegio, o incluso antes, estos niños muestran un interés obsesivo en áreas como las matemáticas, ciertos aspectos de la ciencia, la lectura (algunos tienen hiperlexia —lectura precoz), o ciertos aspectos de la historia o de la geografía», escribe Bauer. «Quieren aprender todo lo posible sobre ese tema y tienden a hablar de él insistentemente en conversaciones y juegos».

Los temas favoritos de estos niños pueden ser mapas, trenes, aviones, coches, dinosaurios,... En la descripción original que hizo Hans Asperger de sus pacientes en 1944, hablaba de una predilección por los medios de transporte. Asperger llamaba a sus pacientes "pequeños profesores" por las peculiares disertaciones que hacían sobre sus temas.

Los intereses pueden cambiar con el tiempo. «En algunos niños, sin embargo, pueden persistir hasta la edad adulta y hay muchos casos en los que las fascinaciones infantiles han formado la base para una carrera en la edad adulta, como ha sido el caso de un buen número de catedráticos de universidad», dice Bauer.

Científicos como Albert Einstein o Charles Darwin y personalidades como Béla Bartók o Emily Dikinson mostraban rasgos del SA. Vernon Smith, premio Nobel de Economía de 2002, o el cantante de los Talking Heads, David Byrne (abajo, en la foto), son ejemplos actuales. Ambos han sido diagnosticados con AS en la edad adulta y ambos coincidieron al decir que no fue un diagnóstico sino más bien una “explicación”.

David Byrne

David Byrne



«Es una cuestión de grado», escribe Byrne en su diario. Con «un poco de autismo» , obtienes a una persona extraordinariamente enfocada en sus intereses, pero si se va «demasiado lejos» con esa dosis, tienes a una persona incapacitada.

En este vídeo de YouTube, Vernon Smith y su esposa hablan de las peculiaridades de este síndrome. «Soy capaz de desconectarme y entrar en un profundo estado de concentración», dice Smith. «El mundo se queda completamente fuera».




2. Relaciones sociales.

En las situaciones sociales las personas con Asperger son reconocidamente patosas. El Dr. Smith es consciente de que los demás le ven “raro”. «Me han descrito como alguien que ‘no está ahí’», dice Smith. «Después de dos horas, acabo sintiéndome un poco mal y suelo irme a la cama a leer un libro».

Esta descripción coincide con la que hace la mayoría de padres y maestros de los niños con esta alteración: “Viven en su propio mundo”.

AspieDad (Aspie es el término con el que se han bautizado ellos mismos los miembros de la comunidad Asperger) es un blog realizado por un padre de un niño de 5 años. Tanto el niño como los padres han sido diagnosticados de asperger/autismo. AspieDad describe su propia boda así: «interesante, con tanta gente que se abrumaba y tenía que retirarse y descomprimirse. En cada momento (excepto para los votos nupciales) había alguien fundamental que faltaba...»


3. Lenguaje verbal y no verbal.


Se les llama “ciegos mentales”. Las personas con SA no saben leer el lenguaje corporal, los gestos y posturas que desvelan las dobles intenciones o el estado de ánimo de los demás. Un rostro o una mirada no les aporta ningún tipo de información, así que no suelen mirar a los ojos de la persona con la que conversan, lo cual hace todavía más complicada la comunicación. En la siguiente entrevista a David Byrne, se hace muy evidente este comportamiento:



Sin embargo, al contrario que ocurre con los autistas, muchos SA desean tener amigos y encajar en su entorno. Se sienten frustrados cuando se topan con dificultades. «Su problema no está tanto en la falta de interacción como en la falta de eficacia en las interacciones», dice Bauer. «Parece que tienen dificultades para saber cómo hacer conexiones sociales».

Christopher Gillbert, el investigador sueco cuyos criterios son unos de los que se usan para orientar el diagnóstico de SA, ha llamado a esta incapacidad la enfermedad de la empatía. Estos niños no saben “leer la mente” de los demás para averiguar qué piensan o cómo se sienten.

Es frecuente, además, que su voz suene extraña, por el peculiar tono, inflexión o volumen que usan al hablar. Además, no suelen utilizar palabras del argot popular y suenan pedantes. Por otro lado, estos niños son muy literales, no comprenden los dobles sentidos, ni las bromas.


La vida de un niño Asperger en el colegio



«No estamos preparados para atender adecuadamente a los SA en clase», sentencia Rogelio Martínez. «Hace falta mayor formación, apoyos y asesoramiento especializado. Pero el sitio
de los SA es un entorno normal. La diferencia suele acabar por ser evidente y a los que tendríamos que educar es a los "normales" para que acepten la diferencia. Por lo demás, el trato con una persona SA no requiere mucho más que con cualquier otra: Respeto».

El SA es para toda la vida. Y esta es laa descripción que hace el doctor Bauer de cómo puede ser su paso por el colegio, desde preescolar hasta el final:

Preescolar

Los primeros síntomas del SA aparecen hacia los 3 ó 4 años, aunque lo más normal es que los niños pasen por la escuela infantil sin que nadie les diagnostique.

Aunque estos niños suelen relacionarse normalmente con su familia, no ocurre lo mismo fuera de ella. A menudo se ven las primeras dificultades cuando entran en preescolar, con problemas de comportamiento (hiperactividad, falta de atención, agresión, rabietas):

—Tienden a evitar la interacción social espontánea o muestran poca habilidad para hacerlo.
—Tienen problemas para mantener conversaciones simples o tienden a ser repetitivos y perseverantes cuando hablan
—Dan respuestas raras
—Prefieren las rutinas. No les gustan los cambios
—Tienen dificultades para regular las respuestas sociales y emocionales (emplean la rabia, violencia, o con excesiva hiperactividad o ansiedad)
—Parece que están “en su propio mundo”
—Tienden a interesarse de forma exagerada en objetos o temas concretos

Estos síntomas se parecen a los que definen el autismo en la primera infancia. La única diferencia es que los niños con SA no son tan “obviamente distintos” de los demás, como les ocurre a los autistas, según Bauer.


Escuela elemental

Los niños con SA pueden empezar a verse en la escuela elemental como algo “inusual”, pero lo más frecuente es que no pase de ahí y se diluyan en la corriente dominante. La mayoría de ellos muestra interés social por otros niños, aunque no mucho. Normalmente, tratan de socializar con un niño o con muy pocos, y sólo llegan a tener relaciones superficiales. Es probable que digan de ellos cosas como que «no están maduros» socialmente.

Pueden destacar en lectura y cálculo, pero suelen ser flojos en escritura. También es probable que el profesor haya notado el interés exagerado que muestra el niño en un tema favorito (dinosaurios, trenes,…) porque trata de sacar el tema insistentemente en clase.

A lo largo de la escuela elemental, «los problemas pueden pasar de ser suaves y fácilmente abordables hasta graves e intratables», dice Bauer. «Todo depende de factores como el nivel de inteligencia, el manejo apropiado en la escuela y de los padres en casa, el temperamento del niño, y la presencia o ausencia de factores que lo compliquen, como la hiperactividad, problemas de atención, ansiedad, problemas de aprendizaje, etc».

Enseñanza media y secundaria

Durante la enseñanza media, los niños con AS encuentran las mayores dificultades porque es donde hay menor tolerancia a las diferencias. En esta etapa, sus problemas de conducta se suelen atribuir erróneamente a problemas emocionales o de motivación y se crean conflictos con maestros y compañeros, «hasta que llega un momento en el que reaccionan de un modo muy inapropiado», escribe Bauer.

En el patio, la clase de gimnasia o el bar, estos niños pueden quedarse aislados y ser objeto de burlas. Aunque quieren hacer amigos y adaptarse, en su entorno no encuentran más que incomprensión y rechazo. Su conducta tiende a empeorar y pueden aparecer cuadros de depresión.

En el instituto, afortunadamente, la tolerancia a la excentricidad es mayor. Si el joven obtiene buenas notas, sus compañeros le respetarán, aunque socialmente parezca un nerd (empollón, sabelotodo, retratado en el personaje de Steve Urkel de la serie televisiva Asuntos de Familia). Los SA se parecen a los nerds en muchos aspectos.

Muchos chicos SA hacen amistades con otros adolescentes con sus mismos intereses: Star Trek, los ordenadores, etc. Con un poco de suerte, muchos de ellos consiguen adaptarse al entorno.

De niño Asperger a adulto Asperger

Christopher Gillbert dice que posiblemente la mitad de los adultos con AS no han sido evaluado o diagnosticados correctamente. Muchos de ellos son considerados como “excéntricos”, “distintos” cuyo estilo rígido y su forma de ver el mundo dificulta sus relaciones personales. Sin embargo, muchos se casan, tienen hijos, y, en el mejor de los casos, su familia adapta la vida a sus peculiares necesidades (rutinas, pocas sorpresas, …).

Muchas personas diagnosticadas al final del espectro autista, en la parte más funcional, se niegan a llamar a su condición “enfermedad” o “síndrome”. Piensan, como Vernon Smith, premio Nobel de Economía en el año 2002 y diagnosticado de Asperger, que «ciertas deficiencias mentales pueden tener ventajas selectivas para realizar ciertos tipos de actividades».

Cada 18 de junio, se celebra en todo el mundo el Día del Orgullo Autista. Se celebran los aspectos positivos del espectro autista, que incluye autismo, Asperger, hiperlexia, y PPD. El lema de este año era: Celebrar la neurodiversidad.

Secciones:

. Con una "pizca" de autismo


. ¿Autistas o Aspergers?


. Varios diagnósticos para un solo caso


. ¿Cómo son los Asperger?


. La vida de un niño Asperger en el colegio


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