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2006: Año Internacional del Síndrome de Asperger
Con una "pizca" de autismo
Myriam López Blanco
Aunque la mayoría de la gente todavía piensa en Rain Man cuando oye la palabra autismo, no suele tener nada que ver con ese personaje. No todos los autistas son incapaces de valerse por sí mismos o de comunicarse con el mundo exterior. Ni tampoco todos los autistas pueden memorizar las Páginas Amarillas.
El espectro autista abarca desde los casos más incapacitantes hasta los de “alto funcionamiento”, donde está el desconocido síndrome de Asperger (SA). Los niños Asperger no saben hacer amigos; son algo torpes; no comprenden las normas de conducta; tienen intereses muy específicos; son muy literales en sus interpretaciones. A los ojos de sus compañeros, son pedantes, insensibles, raros, … Y son el blanco de las burlas. KINDSEIN dedica este número monográfico a explorar esta otra forma de percibir el mundo con el fin de fomentar el respeto a la neurodiversidad y a la educación individualizada.
El autismo es una alteración
genética que provoca otra en el cerebro, pero no se conoce ninguna de ellas. El avance en la investigación es
exasperantemente lento. En parte, se debe a que es un grupo muy
heterogéneo y por ese motivo se han ido creando subgrupos más homogéneos.
El Síndrome de Asperger (SA) es uno de ellos. Y dentro de este subgrupo también hay variaciones. Los casos más "leves" probablemente pasen inadvertidos. Los casos más "graves" quizás necesiten educación especial. No hay casos incapacitantes, a menos que el niño con SA tenga la mala fortuna de toparse con un ambiente poco comprensivo, en casa o en la escuela.
Muchos de los niños con SA son inteligentes y brillantes, pero tienen una forma de percibir el mundo distinta a lo considerado "normal". «Es común ver estudiantes con Asperger en los colegios e institutos,
pero no están diagnosticados o les han diagnoticado mal», ha escrito Stephen Bauer, un pediatra especializado en problemas del desarrollo. «Por eso es un
asunto de gran importancia para profesores y para padres».
El SA está en la zona más “leve” del espectro
autista. Hans Asperger lo describió en 1944, pero no se reconoció
oficialmente en el Manual Estadístico de
Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM-IV) hasta 1994.
Algunos especialistas, como la doctora Uta Frith,
profesora emérita de Desarrollo Cognitivo en el UCL Institute of
Cognitive Neuroscience, de Londres, consideran que no debería ser
un síndrome separado. Frith cree que los niños con Asperger son niños
con “una pizca de autismo”.
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