Revolución educativa
Salirse de la fila
He aquí una pequeña muestra de los revolucionarios de la educación. Son maestros, intelectuales, científicos, médicos que iniciaron la lucha por liberar a los niños de un encierro de más de 10 años que aniquila su creatividad y sus ganas innatas de aprender. Sus ideas le sorprenderán, y le harán comprender mejor a sus hijos. Quizás le ayuden a ver su propia vida desde otra perspectiva, y puede que le animen a seguir sus pasos.
John Taylor Gatto: «¿Cuántas pruebas más hacen falta?»
John Taylor Gatto
fue elegido Mejor Profesor del Año del Estado de Nueva York en tres
ocasiones, y, poco después presentó su dimisión por medio de un editorial
que se publicó en The Wall Street Journal titulado Puede que sea un maestro, pero no soy un educador. El mensaje es sobrecogedor:
He
enseñado en la escuela pública durante 26 años pero ya no puedo hacerlo
más. Durante años, pedí al Consejo de Educación local y al
superintendente que me dejara enseñar un currículum que no hiciese daño
a los alumnos, pero ellos tienen otras cosas de qué ocuparse. Así que
voy a dimitir, creo.
He llegado poco a poco a comprender lo
que significa realmente enseñar: un currículum de confusión, oposición
de la clase, justicia arbitraria, vulgaridad, rudeza, falta de respeto
a la intimidad, indiferencia a la calidad, y total dependencia. Enseño
cómo encajar en un mundo en el que yo no quiero vivir.
Simplemente,
no puedo hacerlo más. No puedo enseñar a niños que esperan que les
digan lo que tienen que hacer; no puedo enseñar a personas que dejan lo
que están haciendo cuando suena un timbre; no puedo persuadir a los
niños para sentir justicia en su clase cuando no la hay, y no puedo
convencer a los niños de que crean que los maestros tienen secretos
valiosos que ellos podrán conseguir si siguen nuestras disciplinas. No
es cierto.
La Educación del Gobierno es la aventura más
radical de la historia. Mata la familia al monopolizar las mejores
etapas de la infancia y al enseñar a no respetar el hogar y a los
padres.
¿Una exageración? Apenas. Los padres no tienen la
intención de participar en nuestra forma de educación, todo lo
contrario. Mis órdenes como maestro de escuela son hacer que los niños
encajen en un sistema de entrenamiento animal, no ayudar a que cada uno
encuentre su particular camino.
El anteproyecto completo del
procedimiento que sigue la escuela es egipcio, no griego ni romano.
Nace de la fe en que el valor humano es un bien escaso, representado
simbólicamente por la estrecha cima de una pirámide.
Esa idea pasó a la historia americana a través de los Puritanos. Encuentra su representación "científica" en la Bell Curve, a lo largo de la cual el talento se reparte supuestamente por alguna Ley de Hierro de la biología.
Es
una idea religiosa y las escuelas son su iglesia. La ciudad de Nueva
York me contrata como sacerdote. Yo ofrezco rituales para mantener
acorralada la herejía. Proporciono información para justificar la
pirámide celestial.
Sócrates previó que si la enseñanza se
convertía en una profesión formal sucedería algo así. El interés
profesional se sirve mejor si lo fácil se muestra como si fuera
difícil; si se subordina lo laico al sacerdocio. La escuela se ha
convertido demasiado vitalmente en un proyecto de trabajos, en un
contratista y una protectora del orden social para que pueda permitirse
que sea reformada. Tiene aliados políticos que vigilan su marcha.
Ese
el motivo de que las reformas vengan y vayan sin que haya muchos
cambios. Incluso los reformadores no pueden imaginar una escuela muy
distinta.
David aprende a leer a la edad de cuatro; Raquel, a
la edad de nueve: si el desarrollo es normal, cuando ambos tengan 13,
no se podrá decir cuál de los dos aprendió primero —la extensión de los
cinco años no significa nada en absoluto. Pero en la escuela
etiquetarán a Raquel como "incapacitada para el aprendizaje" y a David
lo frenarán un poco, también.
Por un sueldo, hago que David
dependa de mí diciéndole cuándo empezar y cuándo parar. Nunca superará
esa dependencia. A Raquel la identifico como mercancía de saldo,
"educación especial". Después de unos pocos meses, quedará encerrada en
su sitio para siempre.
En los 26 años que he estado enseñando
a niños ricos y pobres, casi nunca me he encontrado a un niño
"discapacitado para el aprendizaje"; casi nunca me he encontrado
tampoco con un "dotado". Como todas las categorías escolares, estos son
mitos sagrados, creados por la imaginación humana. Derivan de valores
cuestionables que nunca examinamos porque preservan el Templo de la
Educación. Ese es el secreto detrás de los exámenes con respuestas
cortas, los timbres, las clases de duración fija, las clases divividas
por edades, la estandarización, y todo el resto de religión escolar que
castiga nuestra nación.
No hay una buena manera de educarse;
hay tantas como huellas dactilares. No necesitamos profesores
certificados para hacer que la educación ocurra ... eso probablemente
garantiza que no lo haga.
¿Cuántas pruebas más hacen falta?
Las buenas escuelas no necesitan más dinero o un año académico más
largo; necesitan elecciones de libre mercado, variedad que hable para
cada necesidad y corra riesgos. No necesitamos un currículum nacional,
o un examen nacional. Ambas iniciativas surgen de la ignorancia de cómo
aprenden las personas, o de una deliberada indiferencia hacia ello.
No
puedo enseñar así por más tiempo. Si os enteráis de algún trabajo en el
que no tenga que hacer daño a los niños para ganarme la vida, hacédmelo
saber. En otoño estaré buscando trabajo, creo. __________________
J. T. Gatto dimitió cuando aún era Mejor Profesor del Año, en 1991. Desde entonces, se dedica a dar conferencias sobre
las posibilidades de salvar el sistema educativo, las alternativas, y
los éxitos académicos conseguidos con el home schooling
(educación en casa, un sistema bastante extendido en Estados Unidos).
También prepara una serie de documentales con un antiguo alumno, Roland Legiardi-Laura, titulada The Fourth Purpose.
Más información:
Web oficial de John Taylor Gatto.
The nine assumptions of modern schooling. John Taylor Gatto. Alliance for the Separation of School & State
AGAINST SCHOOL. How public education cripples our kids, and why, por John Taylor Gatto. Harper's Magazine. 2001.
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