250º Aniversario del nacimiento de Mozart
La historia de un niño inmortal
A Leopold Mozart le hubiese gustado ver la que se ha montado para festejar el 250º aniversario del nacimiento de su hijo. Pensaría que se han superado con creces sus deseos, que consistían en
que el mundo entero conociera el prodigio musical de Wolfgang, «el milagro». Pero, sin duda, lo que más asombraría a este hombre que creía fervorosamente en los milagros sería ver que la gente del siglo XXI cree que la música de su hijo puede curar (el llamado «efecto Mozart»).
Kindsein dedica
este número especial al genio y a la Mozart Manía. Recordaremos su intensa infancia y su corta y ajetreada vida. Wolfgang Amadeus Mozart nació el 27
de enero de 1756 y murió a los 35 años.
Llega Colloredo, el arzobispo que trataba a los músicos como a sirvientes
De vuelta a Salzburgo, se encuentran con un imprevisto. Murió el príncipe arzobispo von Schattenbach, que fue su benefactor, y fue elegido en su puesto el conde Hieronymus Colloredo, al que sólo le gusta la música italiana y que trata a los músicos como si fuesen esclavos. A Colloredo no le hacían mucha gracia las idas y venidas de los Mozart.
Wolfgang tiene que quedarse en Salzburgo para cumplir con sus obligaciones, componer por encargo y tocar, como un músico sirviente. En verano, aprovechando una ausencia de Colloredo, padre e hijo se van a Viena, donde hay una vida cultural más intensa. Pero tampoco consigue nada de la emperatriz, y vuelve a casa en septiembre de 1773. Tenía 17 años.
1774-76. Son unos meses de intenso trabajo porque le encargan muchas obras. A finales de 1774, Maximiliano III le encarga una ópera bufa y le pide que vaya a Munich. A principios de enero se extrena "La finta giardiniera" (La falsa Jardinera-K.196). Toda la nobleza alabó la obra, pero tampoco pudo quedarse en Munich.
A su regreso a Salzburgo, Colloredo le encargó "Il repastore" y siguió componiendo por encargo sonatas, conciertos, música de Iglesia,... Pero tuvo que renunciar a hacer ópera porque Colloredo había cerrado el teatro. Wolfgang quería marcharse de Salzburgo. Su padre estaba de acuerdo en que su hijo necesitaba salir de allí, pero Colloredo no le dejaba irse con él.
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