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China: 80 millones de hijos únicos
Los "Pequeños Emperadores"
Paula Sayavera
Ayer fue el año nuevo chino, comienza el Año del Perro. Casi 100 millones de hijos únicos celebraron el gran acontecimiento siendo el centro de atención de su pequeña familia, dos padres y cuatro abuelos, volcados en su cuidado, sus caprichos y su futuro. Por eso se les llama «Pequeños Emperadores» (Xiao Huangdi).
Desde 1979, el gobierno chino impone a sus ciudadanos la obligación de tener sólo un niño (o dos, en algunos casos), como medida para reducir el crecimiento de la población. Es un experimento social masivo que ahora tiene en vilo a los políticos y psicólogos chinos. ¿Cuál será el futuro de la China socialista —un país donde se supone que la satisfacción personal se consigue sirviendo a la comunidad y no a uno mismo— cuando su población esté formada casi exclusivamente por niños mimados?
Los Pequeños Emperadores se convierten en padres
La primera generación de hijos únicos ya son veinteañeros y muestra un exhuberante individualismo. Según algunos informes publicados en el China Daily o en el Beijing Review, los hijos únicos padres (HUP) buscan la gratificación personal, pelean por la ropa de marca y por mejorar su imagen personal. No tienen prisa para casarse, y tener hijos no siempre figura en sus planes. Y si los tienen, la ayuda de los abuelos es fundamental.
Según una encuesta realizada por la Academia de Ciencias Sociales de Pekín en el 2004 a 1800 padres jóvenes de entre 20 y 40 años, los HUP ponían más énfasis en ellos mismos y eran más dependientes que los padres con hermanos. También ponían más énfasis en la educación de valores, educación y conducta social de sus hijos. Solían leer más junto a sus hijos y estimular más su curiosidad por las cosas nuevas. Recurrían más a los abuelos para la crianza de los pequeños, y quizás por eso resultaban menos estrictos con los niños que los padres con hermanos.
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